Enfrentando El Día MaloMuestra

Arma espiritual nueve: Tener la confianza de que Dios cambiará todo dolor en bendición.

Dios cambiará TU lamento y mi lamento en baile, toda tristeza en fortaleza, y todo nuestro gemir en alabanza.

Pese a todo lo que pueda pasar; Dios te hace esta promesa: VOLVERÁS A SONREÍR. Y es que a veces es tanto y tan duro el dolor que debemos soportar, que pensamos que nunca más se dibujará en nuestro rostro una sonrisa.

Nuestras batallas superadas son las herramientas, que en ocasiones Dios nos regala como testimonio para ayudar y animar a otros. Cuando pasemos el día malo, tendremos una nueva perla en nuestra corona, mucha más experiencia, habremos crecido emocionalmente y habremos madurado a un nuevo nivel espiritual en esta batalla de la FE que es la vida.

Si vamos de VICTORIA EN VICTORIA es porque vamos de BATALLA en BATALLA. Y de cada una de estas batallas nos quedan los trofeos: medallas y cicatrices que son nuestro testimonio para ayudar y guiar a otros en sus tiempos duros.

¡Bendito sea el Dios de toda consolación!

“El cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios” (2 Corintios 1:4).

El salmista declaró: “Has cambiado mi lamento en baile; desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría. Por tanto, a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado. Jehová Dios mío, te alabaré para siempre” (Salmos 30:11-12).

Este quizás no sea el tema más popular del cual quieras saber, pero te servirá para toda la vida.

Prepárate para el día malo, ponte la armadura, EMPUÑA la espada de Dios y pelea la buena batalla de la fe.

Dios te bendiga, te reconforte. Haga resplandecer Su rostro sobre ti y en medio de la prueba te dé su PAZ.

Lo mejor está por delante. Tú puedes… Espero que, habiendo pasado todo, estés firme.