Enfrentando El Día MaloMuestra

Como dijimos anteriormente, el segundo valle lo denominamos VALLE DEL HURTO por las palabras de Jesús en Juan 10:10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

En la jerga cristiana y en los modismos diarios, utilizamos la palabra ROBO como sinónimo de HURTO.

Sin embargo, ¿sabías tú que para el ámbito jurídico/legal el HURTO y el ROBO no son lo mismo? Esto es muy interesante, porque Jesús dijo que el ladrón no viene sino para HURTAR.

Y si bien es algo muy similar a robar, el procedimiento o la manera de realizarlo es diferente.

Un robo es un delito en el que un delincuente se apropia de pertenencias ajenas, mediante el uso de la violencia, la intimidación o la fuerza. En cambio, el hurto es un delito en el que un delincuente se apropia de bienes ajenos sin emplear la violencia, la intimidación o la fuerza.

En otras palabras, en el hurto, simplemente se extraen los bienes de otra persona. Algunas veces, las víctimas ni siquiera son conscientes del delito que se acaba de cometer.

Y he aquí la llave de esta revelación. Todo lo que el enemigo pueda matar; lo va a matar, lo que pueda destruir lo va a destruir, y si no puede matarlo o destruirlo; lo intentará hurtar; es decir, robarte sin que te des cuenta lo que estás perdiendo. Esto puede suceder en muchas áreas de la vida.

Quizá el vivir un accidente o una tragedia inesperada son cosas shockeantes y muy evidentes. Esas serían destrucciones o robos de satanás.

Pero, ¿y si él está hurtando todos los días un poco en nuestras vidas, sin que nos percatemos de ello? Un ejemplo de esto, vivido por mucha gente, es LA INCAPACIDAD DE DISFRUTAR DE LA VIDA. Así es, hay gente que teniendo riquezas, salud, familia, amistades, se le escapa la vida entre los dedos, no sabiendo disfrutarla.

Y esto es el hurto más grande del diablo, que teniendo la bendición de Dios sobre nosotros, no podamos disfrutarla en plenitud. A veces hay que dejar de ser prisioneros de esperanza. Dejar de esperar al futuro y disfrutar el HOY para que Dios pueda restituirnos todo aquello que el enemigo nos fue hurtando.

Para ello leeremos hoy tres versículos que hablan sobre la bendición de Dios, el don o el regalo de disfrutar y sobre la restitución.