Madres, ¡No Están Solas!Ejemplo

La culpa de ser madre es real. Tanto si ya eres madre como si acabas de serlo o estás a punto de serlo por segunda o tercera vez, todas las madres desearían tener más tiempo, más energía, más felicidad y más autenticidad para sus hijos. Piensas: "Si pudiera estar más centrada, tener más equilibrio en la vida, estar menos cansada...entonces mis hijos realmente prosperarían".

Conozco bien el sentimiento de culpa de las madres. Mientras criaba a mis dos hijos pequeños, oía a diario esa voz de culpabilidad. ¿Hacía lo suficiente? ¿Mis hijos no saldrían adelante si yo no lograba ser la madre perfecta? La presión de ser una madre perfecta era abrumadora y a menudo me hacía sentir agotada incluso antes de empezar el día. Pero, a medida que crecía la voz de culpabilidad, decidí mirar dentro de mí y responder. En el fondo, sabía que lo que estaba viviendo no era el plan de Dios. Dios no quiere que vayamos solos. Recuerda Hebreos 13:5: “Nunca los dejaré; jamás los abandonaré". La verdad es que Él nunca quiso que la maternidad o la crianza de los hijos fuera difícil, dolorosa o desafiante. Todo lo que Él quiere para nosotras es lo que nosotras queremos para nuestros hijos: ¡Lo mejor!

En cuanto me di cuenta de esto, me volví más abierta y receptiva a Su voz y a Su guía. "Clama a mí y te responderé; te daré a conocer cosas grandes e inaccesibles que tú no sabes" (Jeremías 33:3). Empecé a buscar soluciones y aprendí valiosas lecciones que crearon una mayor felicidad y me ayudaron a dedicar más tiempo a mí misma sin sentirme culpable. Rejuvenecí.

Su voz me trajo hoy aquí para ofrecerles mi historia como madre. He pasado por eso y sé profundamente que todas merecemos estar en ese lugar donde podemos sentirnos bien, felices, relajadas y descansadas, donde podemos ser quienes realmente somos sin importar nuestra bendita decisión de convertirnos en madres. Todas las mamás merecen florecer para poder contagiar su felicidad y su luz a sus hijos.

Ha llegado el momento de aprovechar el autocuidado, el descanso y la relajación como herramientas esenciales para criar hijos sanos y felices. "Y como no tenían tiempo ni para comer, pues era tanta la gente que iba y venía, Jesús dijo: Vengan conmigo ustedes solos a un lugar tranquilo y descansen un poco. Así que se fueron solos en la barca a un lugar solitario" (Marcos 6:31-32).

Cuando eres la mejor tú, eres la mejor madre para tus hijos.

“Se necesita una aldea para criar a un niño”, dice un proverbio africano. No estás sola, y este plan es una guía del apoyo y las habilidades a las que puedes recurrir a lo largo de tu viaje como madre.