Cara a Cara Con Jesús - Una Meditación Para La CuaresmaMuestra

Jesús tenía el estilo de conversación más singular, en el que cogía a alguien en el momento más oportuno y profundizaba con esa persona casi de inmediato. No se andaba por las ramas con tópicos o halagos, sino que daba en el clavo. Cuando habló con la mujer samaritana no fue diferente. Hizo una gran afirmación sobre sí mismo: "El que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás. De hecho, el agua que yo les dé se convertirá en ellos en un manantial de agua que brotará hasta la vida eterna.” La samaritana se había casado 5 veces y actualmente vivía con un hombre. Evidentemente, tenía sed de algo profundo, pero saciaba temporalmente su apetito con relaciones físicas. Jesús fue directamente al meollo de la situación y le dijo que sólo Él podía satisfacer sus necesidades más profundas. Nosotros no somos diferentes a esa mujer. A menudo satisfacemos nuestras necesidades más profundas con arreglos temporales cuando en realidad necesitamos que Jesús llene esas necesidades para que no terminemos adorando a los dioses falsos de esta época-dioses de la riqueza, el éxito, la prominencia, etc. Solo podemos adorar a Dios en espíritu y en verdad cuando nos vaciamos completamente para que Él pueda llenarnos.

Hazte las siguientes preguntas:

¿En qué áreas de mi vida me siento vacío?

¿Mi adoración está dirigida a Dios o a cosas/personas?