Cara a Cara Con Jesús - Una Meditación Para La CuaresmaMuestra

Noé era un hombre que caminaba en comunión habitual con Dios. Era justo e intachable en una época (muy parecida a la actual) en la que prevalecía el mal y dominaba la maldad. Dios lo eligió de entre un gran número de seres humanos para apartarlo, salvarlo y repoblar la tierra después de un diluvio de proporciones apocalípticas. No se trataba de un llamado ordinario, sino de algo totalmente absurdo. Imagínense construir un enorme barco en medio de una ciudad, a la vista de personas que no tenían ningún concepto de Dios. Sin duda se expuso a las burlas y al ridículo de los que le rodeaban, pero permaneció fiel al Dios que le había hablado. Obedeció todas las instrucciones al pie de la letra y él, junto con su esposa y las familias de sus hijos, se salvó junto con dos parejas de cada criatura viviente. ¡Qué aventura! ¡Qué tarea tan audaz la de un hombre y su familia! Sin embargo, lo hicieron y, a cambio, Dios hace a Noé la promesa de que nunca más destruirá la tierra con un diluvio.

Como Noé, cada uno de nosotros ha sido creado y llamado por Dios para un propósito específico en esta tierra. Todo depende de si estamos sintonizados con Su frecuencia para poder escuchar a su llamado y responder en completa obediencia tal como lo hizo Noé.

Hazte las siguientes preguntas:

¿Qué te ha dicho Dios en los últimos tiempos?

¿Has sido obediente a sus instrucciones?

¿Elegirás de forma consciente caminar en comunión habitual con Dios?