Éxodo: Camino a La LibertadMuestra

Punto final.

Siempre recuerdo una vez en la que mi pastor dijo: “Los seres humanos somos de muchos comienzos y pocos finales”, refiriéndose a la cantidad de proyectos que iniciamos a lo largo de nuestra vida, pero que lamentablemente quedan inconclusos.

Las circunstancias adversas, los obstáculos, el desánimo, la falta de recursos, la pérdida de interés, o simplemente pensar que no lo vamos a lograr, son algunos de los factores que comúnmente nos impulsan a abandonar lo que una vez iniciamos con entusiasmo.

Aunque lo anterior, pasa más de lo que nos gustaría, el ejemplo de Israel en este capítulo, nos anima e impulsa a no bajar los brazos cuando se trata de terminar la tarea que Dios nos ha encomendado.

Aunque en ocasiones, renunciar se vuelve necesario para poder empezar a escribir un capítulo nuevo, otras veces, y principalmente cuando se trata de obedecer la voluntad de Dios, permanecer fieles y perseverar hasta concluir, no es negociable.

Terminar lo que empezamos es algo que honra al Dios que siempre termina lo que empieza: su creación, su obra redentora en la cruz para expiar nuestros pecados, su obra en nosotros a través del Espíritu Santo.