Éxodo: Camino a La LibertadMuestra

La familia de Dios.

El pueblo de Dios siempre ha tenido forma de equipo, nunca ha habido lugar para individualismos en donde una sola persona sea el o la protagonista del espectáculo. Todo lo que se hace apunta siempre a Jesucristo, es a él, a quien deben ver a través de lo que somos y hacemos.

La Iglesia del primer siglo entendió muy bien este concepto, el libro de Hechos describe el impacto que la forma de vida en comunidad y el trabajo en equipo de los primeros cristianos, causó en los que observaban desde afuera.

No solo es sorprendente la cantidad de recursos que fueron llevados como ofrenda para realizar los trabajos, cada persona dio generosamente de acuerdo a sus posibilidades, de manera que todas las necesidades fueron cubiertas.

Pero además, es maravilloso que todos tuvieron la oportunidad de participar del proyecto, quien no lo hizo fue porque no quiso, nadie fue excluido por Dios ni por Moisés, todos fueron llamados según sus capacidades y posibilidades, tanto hombres como mujeres fueron tomados en cuenta por Dios para su obra, incluidos los servicios que se realizaban dentro del santuario.

La Iglesia es también una comunidad.

Hombres, mujeres, adultos y jóvenes, todos están llamados a ser parte y a sumar, desde lo que Dios, en su soberana voluntad, a determinado dar a cada uno.

Lamentablemente, el egoísmo, la búsqueda de protagonismo y aprobación, así como las tradiciones religiosas, el legalismo absurdo y sin sentido, han hecho que la iglesia se parezca más al sistema del mundo, lleno de burocracia e imposición de unos sobre otros. Cada vez son menos los puentes y más los obstáculos, que impiden a otros ser parte del proyecto de Dios en la tierra.

Oremos:

Dios, gracias porque aun sin merecerlo nos tomas en cuenta para ser parte de tus planes. No permitas que seamos de los que quieren ver desde las gradas, sino de los que están en la cancha. Que podamos tener mayor conciencia, claridad y convicción, de que es lo que has puesto en nuestras manos (tiempo, talento y tesoro), con el fin de darlo generosamente para tu obra.