Resistiendo Hasta Alcanzar La Meta Muestra

¿Cómo enfrentar la prueba?

No sé cuánto más tendré que esperar por una respuesta de Dios, pero estoy seguro de una cosa: seguiré esperando hasta que Él me dé una respuesta. Ante la situación que estoy atravesando, tengo dos opciones: tener esperanza y creer que Dios actuará a mi favor, o vivir desesperanzado pensando que Dios nunca responderá a mis oraciones. Sin dudarlo, elijo la esperanza. ¿Preferirías atravesar una situación difícil sin tener esperanza? Como dijo Pedro: "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna" (Juan 6:68).

La carrera de la fe es una carrera de resistencia, como una maratón, donde se recorren muchos kilómetros, y no todos llegan a la meta. Solo aquellos que tienen la resistencia para hacer el recorrido, es decir, aquellos que nunca se rinden a pesar del cansancio, alcanzan la meta. En la carrera de la fe, llegan aquellos que, a pesar de las circunstancias y los obstáculos que nos encontramos en el camino, eligen confiar en Dios.

Se llega a la meta un paso a la vez, y si caigo, me levanto. Puedo estar exhausto y sin ganas de seguir, pero continuaré caminando hasta llegar a la meta. Como dijo Pablo: "Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús" (Filipenses 3:13-14).

En medio de la incertidumbre que estoy viviendo, decido confiar en la Palabra de Dios que dice: "No temas, que yo estoy contigo; no desmayes, que yo soy tu Dios, que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia" (Isaías 41:10).

Respecto al silencio de Dios, cuando Jesús se sintió abandonado en la cruz, Dios calló y lo hizo por ti y por mí, porque la muerte de Jesús era necesaria para nuestra reconciliación con Dios. Su silencio es expresión de su amor, como lo dice su Palabra: "El Señor tu Dios está en medio de ti, guerrero victorioso; se gozará en ti con alegría, en su amor guardará silencio, se regocijará por ti con cantos de júbilo" (Sofonías 3:17).

Amén.