La Infidelidad, La Autoestima & El PerdónEjemplo

Día 4: La confianza

Cuando comienzas a conocerte con alguien, sin importar qué tipo de relación sea, comienzas a construir un edificio. Se empiezan a tener vínculos, vivencias, memorias, sentimientos y demás experiencias que hacen que se tenga una base firme y comience a crecer esa estructura. Pasan los días, meses y años y ese edificio cada vez se asienta más y se hace más fuerte. Sin embargo, el hecho de que sea un edificio alto y fuerte, no lo hace indestructible. Creo que todos hemos observado que cuando hay una demolición, en cuestión de segundos, lo que era un gran edificio se vuelve simplemente polvo; se vuelve un lugar lleno de escombros. Pues exactamente así pasa con la confianza. No importa qué tan fuerte e inquebrantable creas que haya sido tu relación. Cuando hubo un engaño o traición, quedan el polvo y los escombros. Pero también quedan frente a ti años de relación o matrimonio, la persona que amas (aunque en ese momento puedas sentir que la odias) que es tal vez más que tu pareja, es el padre de tus hijos, tu socio, tu amigo, tu amante, en fin, tu mundo.

Queda una vida que a pesar de la traición sigue, y ahí es donde tú quisieras parar todo; pero tu trabajo sigue, tus rutinas siguen y sobre todo, si tienes hijos, ellos siguen ahí y los necesitan a los dos.

Entonces miras a tu alrededor y ves solo eso: polvo y escombros. No ves nada más que tu dolor. Observas a tu pareja y dudas hasta de su nombre, pues sencillamente la confianza se ha esfumado.

Descubierto el engaño, viene toda esa avalancha de emociones y sentimientos, finalmente llega la pregunta: ¿y ahora qué sigue?

La respuesta que yo daría a esa pregunta es: SANAR. Aunque es inevitable seguir atendiendo las responsabilidades, es muy importante que puedas enfocarte en tu sanidad, pues de esa sanidad dependerá que puedas volver a confiar en tu pareja si es que decidiste continuar y darle una oportunidad o que puedas volver a confiar en el futuro.

Y bueno la realidad es que en esta situación hay dos caminos:

El primero es la reconciliación, lo cual significa que ambos quieren y deciden afrontar, tratar y sanar la infidelidad que ocurrió con el fin de continuar la relación.

Y el segundo es el rompimiento debido a que alguno de los dos no desea continuar la relación

De modo que, sea cual sea la decisión de ambos, necesitas confiar en Dios pues Él nunca te fallará. Necesitas volver a confiar en ti, y si decidieron la reconciliación, entonces volver a construir el edificio con amor, paciencia, frutos de arrepentimiento y cambios que generen seguridad.