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Él No Se Rinde ContigoMuestra

Él No Se Rinde Contigo

DÍA 3 DE 4

Él no se rindió aún en su dolor

Todos comprendemos que en algún momento debemos morir, la muerte es parte de la vida, es algo con lo que todos nos encontraremos. Pero, imagínate si supieras cómo y cuándo será tu muerte

¿Cómo reaccionarías si supieras que el tiempo de tu partida está llegando?

Luego de la última cena, Jesús experimentó eso, entró en una terrible angustia, sabía que su hora estaba llegando y corrió a hacer lo que siempre hacía, orar.

Una de las marcas de nuestro Salvador es que cuando Él vino a la tierra, siendo 100% hombre y 100% Dios todavía llevaba una vida de oración y comunicación con su Padre, en los mejores y los peores momentos, en los evangelios siempre está escrito acerca del constante hábito del salvador “y Jesús se fue a orar”.

Lucas 22 narra crudamente el momento que vivió Jesús la noche anterior a su pasión. Fue al monte de los olivos, pidió a sus discípulos que oren “para que no caigan en tentación” mientras Él oraba.

Toda mi vida, interpreté que era obvio que Jesús viniera a morir por nuestros pecados, pensaba que esa era su obligación, y como Él era Dios yo pensaba que no experimentó sufrimiento. Pero esa era una equivocada manera de interpretar la obra de Jesús.

Lo primero que pidió era si el Padre no le podía “quitar ese trago amargo” porque sabía cómo iba a morir, todo lo que iba a padecer, pero después acompaña con un “No se haga mi voluntad sino la tuya”. El amor de Jesús trascendía su propio dolor.

Luego se nos narra que “su sudor era como gotas de sangre que caían a la tierra”. Investigando eso, hallé lo siguiente: que una persona cuando está sobre un estrés increíble, sus poros se comienzan a abrir un poco más de la cuenta y comienza a salir sangre por donde sale el sudor.

Jesús sabía cómo iba a morir, sabía que antes iba a ser humillado, Él sabía que todos se iban a alejar de Él, sabía que Pedro lo iba a negar, sabía que su rostro iba a ser totalmente desfigurado.

Jesús sabía que iba a ser traspasado por oxidados clavos, y que sus propias costillas iban a comenzar a clavar sus pulmones. Sabía que la gente lo iba a escupir, se iban a burlar… PERO ÉL NO SE RINDIÓ POR AMOR.

Él sabe lo que hiciste, sabe cosas que ni tu consejero más cercano sabe, sabe de aquella vez que fallaste, de aquella promesa que hiciste diciendo “nunca más” y sabe que volviste a caer, sabe de las veces que preferiste otras cosas que Él, sabe de ese pecado con el que estás luchando todos los días. Él sabe que vas a volver a pecar, sabe de cosas que vas hacer y luego arrepentirte. Sabe de tu lado más oscuro, ¿sabes qué? Él NO SE RINDE CONTIGO.

Dios no se rinde, eso me enamora, ese es mi profundo agradecimiento, vio lo mas malo en mí y todos los días sus misericordias se renuevan porque Él es bueno.

Día 2Día 4

Acerca de este Plan

Él No Se Rinde Contigo

Hace años, mientras miraba una película cristiana quedé impactado por una frase: "Aunque luchemos por creer en Él, Él siempre creerá en nosotros". Por medio de este devocional quiero invitarte a considerar que vale la pena entregarnos completamente y sin reservas a Dios, y no rendirnos ante este mundo que intenta alejarnos de Él. La cualidad de Cristo que más me conmueve es que ÉL NUNCA SE RINDE CON NOSOTROS.

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