Reto para animar a tu esposoMuestra
¿Qué hay en tu lengua?
Elige palabras que edifiquen en lugar de dañar.
Tu Reto
- No digas nada negativo acerca de tu esposo a él mismo o a ninguna otra persona.
- Dile a tu esposo algo que admires o aprecies de él y díselo a alguien más aparte de él.
«No salga de la boca de ustedes ninguna palabra mala, sino sólo la que sea buena para edificación, según la necesidad del momento, para que imparta gracia a los que escuchan» (Efesios 4:29).
Ya sea que tu esposo esté siguiendo a Jesús o sea un incrédulo, puede ser fácil ver su pecado y debilidad. Y es fácil en tu propio pecado y debilidad usar tus palabras para derribarlo. Pero Cristo quiere que reconozcas esas tendencias pecaminosas antes de que pasen de los pensamientos a las palabras.
Pídele al Espíritu Santo que ponga un candado en tu lengua. Incluso cuando es bueno y correcto llamar la atención de tu esposo por algún pecado o error en su vida, puedes elegir palabras que se ajusten a la situación y provengan de un corazón humilde para edificarlo. Elige mostrarle gracia, la misma gracia que quieres que él te muestre. Sin embargo, la gracia no significa que consientas o ignores el pecado; en cambio, edifica al oyente incluso cuando tienes que exponer una queja.
Observa hoy los pensamientos que te vienen a la mente sobre tu esposo. Antes de dejar que las palabras salgan de tu boca, considera si lo que quieres decir proviene de un deseo pecaminoso de gobernarlo o de un deseo de edificarlo. Trata primero con tu propio pecado de orgullo. Pídele a Dios humildad para hablar con tu esposo sobre lo que te concierne y sabiduría para encontrar las palabras adecuadas para edificarlo.
Oración
Padre, confieso que he derribado a mi esposo con mis palabras. Te pido perdón. Ayúdame a buscar momentos y palabras adecuadas que lleven gracia a los oídos de mi esposo. Ayúdame a no ignorar o aprobar el pecado, sino a lidiar con mi propio pecado primero para poder hablar con mi esposo con humildad y gracia de una manera que lo fortalezca.
Un testimonio de alabanza
«En el día 17, mi esposo me sorprendió con esta declaración. ‘Cariño, he sido un hombre duro y no necesito ser así contigo. Sé que nadie se quedaría conmigo, excepto tú. ¿Me perdonas?’ ¡Guao! Me conmovió tanto su sinceridad y amor. Este reto no solo ha cambiado a mi esposo, sino que también me ha cambiado a mí. Me ayuda a ser consciente de cómo debo comportarme con él y tener cuidado con lo que digo”».
Reflexiona y responde
- ¿Qué es lo que más te molesta de tu esposo?
- ¿Es realmente el pecado en él lo que te molesta o solo la idiosincrasia y las diferencias de opinión?
- ¿Cómo te gustaría que tu esposo te aborde acerca de tu propio pecado? ¿Cómo puedes tú modelar ese enfoque?
Profundiza
¿Cómo te está yendo hasta ahora con este reto? Si no estás viendo cambios, ¡no te rindas! Sigue buscando formas de animar a tu esposo y ora para que el Señor haga «más de lo que pedimos o pensamos» (Efesios 3:20).
Dedica tiempo hoy a prestar más atención a las palabras que usas con tu esposo. Si tiendes a usar tus palabras para derribarlo, concéntrate en confesar este pecado a Dios antes de decirle algo. Solo entonces debes acudir a tu marido. Primero dile todo lo bueno que ves en él. Luego, en el momento adecuado con palabras de gracia, cuéntale tus preocupaciones de tal manera que tu esposo sepa que estás de su lado.
Escrituras
Acerca de este Plan
A través de este desafío utilizarás una herramienta poderosa para la relación con tu esposo: el ánimo. Ya sea que estés en el período de luna de miel o sientas que tu matrimonio pende de un hilo, el estímulo puede ayudar a mantener un matrimonio ya de por sí saludable...o traer sanidad a uno que ha sido roto.
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Nos gustaría agradecer a Aviva Nuestros Corazones por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.avivanuestroscorazones.com/retos/reto-para-animar-tu-esposo-de-30-dias/