Conoce Tu EnemigoMuestra

Más planes malvados

“Si tú perdonas a alguien, yo también lo perdono. ¿Y qué he perdonado, si algo había que perdonar? Lo he perdonado delante de Cristo por amor a vosotros, para que Satanás no nos engañe. Porque no ignoramos sus planes” (2 Corintios 2:10-11 NVI).

Es muy importante que estemos conscientes de las maquinaciones de Satanás. Entonces, seguimos analizando quién es nuestro enemigo y cómo trabaja.

Satanás es el tentador

Cuando la mayoría de nosotros pensamos en el diablo, rápidamente pensamos en la tentación. Tentó a Adán y Eva para que no creyeran en Dios y comieran del fruto. Tentó a Jesús para que no creyera en Dios y se arrojara desde una torre. Siempre que hemos pecado podemos decir fácilmente: "El diablo me obligó a hacerlo". Creo que esto está relacionado con la forma en que nos miente. Pinta un cuadro de que nuestras vidas están incompletas, descontentas y nos presenta algo más atractivo.

NUESTRA DEFENSA. En primer lugar, debes darte cuenta de que Satanás no tiene poder sobre ti. Él no puede obligarte a pecar. Santiago lo expresa sin rodeos: “Cada uno es tentado cuando, por sus propios malos deseos, es arrastrado y seducido.Luego, después de concebido el deseo, da a luz el pecado;y el pecado, una vez desarrollado, engendra la muerte” (Santiago 1:14 NVI).

Más adelante en Santiago, continúa diciendo: “Someteos, pues, a Dios. Resistid al diablo, y huirá de vosotros" (Santiago 4:7 NVI).

Pablo nos anima: “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana. Y Dios es fiel; Él no permitirá que seáis tentados más allá de lo que podáis soportar. Pero cuando sois tentados, Él también os dará una salida para que podáis resistir" (1 Corintios 10:13 NVI).

¡Sé de qué está hablando Pablo! Puedo pensar en varias ocasiones en las que estuve siendo tentado y algo o alguien interrumpió mis pensamientos y me impidió pecar.

Sabemos que Jesús citó la Palabra de Dios a Satanás cuando estaba siendo tentado, por eso debemos conocer y usar la Palabra de Dios para nuestra defensa.

Jesús también dijo a sus discípulos: “Velad y orad para que no caigáis en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil” (Mateo 26:41 NVI).

Hebreos 2:18 NVI también nos alienta a que Jesús nos ayudará: “Por cuanto él mismo sufrió cuando fue tentado, es poderoso para ayudar a los que son tentados”.

Satanás es el destructor

“Sean sobrios y estén alerta. Vuestro enemigo el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8 NVI).

"El ladrón sólo viene a robar, matar y destruir" (Juan 10:10).

Job parece ser el mejor ejemplo de cómo Satanás puede atacar una vida. Esto es lo que sucedió:

Satanás incitó a los sabeos a robar sus bueyes y asnos y matar a los sirvientes.

Satanás incitó a los caldeos a robar los camellos de Job y matar también a esos sirvientes.

Satanás infligió a Job llagas dolorosas desde la coronilla hasta las plantas de los pies.

¡Satanás puede causar estragos! Todos hemos visto la obra de destrucción de Satanás: matrimonios destruidos, vidas destruidas por las adicciones, cuerpos en descomposición por las enfermedades, futuros destruidos por las decisiones, iglesias destruidas por la división.

NUESTRA DEFENSA—DEBEMOS recordar que Satanás no puede HACER NADA que Dios no permita, incluso cuando no lo entendamos. Job no tenía conocimiento de la conversación entre Satanás y Dios. Debemos confiar en el Señor. Él tiene la última palabra.

“Resistid a él (Satanás), manteniéndose firmes en la fe, sabiendo que vuestros hermanos en todo el mundo están pasando por la misma clase de sufrimientos.Y el Dios de toda gracia, que os llamó a su gloria eterna en Cristo, después de que hayáis sufrido un poco de tiempo, él mismo os restaurará y os hará fuertes y firmes” (1 Pedro 5:9-10 NVI).