Año Nuevo, Nuevo TúMuestra
Suelta lo que no te pertenece
Qué rápido pasa el tiempo, ¿no? Apenas era enero del año anterior y ya estamos empezando uno nuevo, parece increíble. Me encanta la celebración que es recibir un nuevo año, las esperanzas renovadas, las nuevas metas y sueños, los reencuentros, la comida... sí, en especial la comida. Sin embargo, debemos admitir que iniciar un nuevo año, o cualquier otra cosa, no siempre es pan comido. Comenzar algo casi siempre significa terminar otra cosa, y eso puede ser difícil.
Empezar un nuevo año muchas veces requiere que hagamos ciertas cosas que pueden llegar a costarnos bastante, como despedirnos de alguien que ya no puede estar en tu vida, abandonar planes a los que te habías arraigado pero que simplemente no funcionan, requiere perdonar y perdonarte y, más complejo aun, requiere decirse adiós a uno mismo. Comenzar demanda cambios, cambios que nos ayudarán a transitar este nuevo sendero, a escribir en estas nuevas páginas en blanco de la mejor manera posible. Los cambios son incómodos y engloban todas las cosas antes mencionadas y más, pero son necesarios, son buenos y son los que, queramos o no, nos acompañarán toda la vida.
Para poder empezar este nuevo año listos para recibir las bendiciones que Dios nos tiene, necesitamos soltar (y creo que esta palabra describe perfectamente con lo que quiero que hoy te quedes). De eso me di cuenta una mañana en la que desperté sintiéndome muy afligida, ansiosa y confundida. Hacía poco tiempo que me había alejado de algo que yo quería con todo mi corazón, pero que no pudo ser, sin embargo, no sabía de dónde provenía ese sentimiento tan sobrecogedor cuando últimamente me había sentido mejor, incluso más feliz, creí que ya estaba aprendiendo a aceptar la voluntad de Dios para ese momento de mi vida.
Pero esa mañana sentí que todo me caía encima, las dudas, la nostalgia, la incertidumbre, el enojo... Entonces no se me ocurrió más nada que, entre lágrimas, hablar con Dios. Le dije que no entendía el porqué de las cosas, que no deseaba sentirme como lo hacía en ese momento, le dije que estaba muy triste, muy impotente, que tenía miedo, y le pedí que me ayudara a soltar todo aquello que no me pertenecía. Sí... yo jamás en la vida le había pedido algo así al Señor, pero esas fueron las palabras que salieron de mi boca, de lo más profundo de mi corazón. Le pedí que, por favor, me ayudara a dejar ir todo lo que no es mío para poder recibir y aceptar todo lo bueno que tengo y las cosas maravillosas que Él tiene guardadas para mí.
Querido amigo, querida amiga, Dios tiene grandes proyectos contigo en este nuevo año, cosas que no te imaginas, grandes oportunidades, grandes personas, grandes eventos, grandes sorpresas, grandes encuentros, grandes viajes, grandes ideas, grandes milagros... pero para poder recibirlos, para poder aceptarlos, para poder disfrutarlos, necesitas soltar todo lo que ya no te pertenece. Y sí, cuesta, sí, duele, sí, asusta... pero cuando entendemos que cada cosa pasa por un propósito mayor, uno divino, entonces es posible. Y yo sé que puedes, podemos.
En este nuevo año date espacio para ser un nuevo tú, más feliz, más liviano, más confiado, más agradecido, que se siente merecedor del amor y del cuidado de Dios. Lo que pasó, pasó, ya no te pertenece, ya no tiene control sobre ti, ya no te ata. Encuentra paz en saber que, aunque dejas atrás cosas que son valiosas para ti, lo que viene ahora es mucho mejor, porque las recompensas de Dios siempre lo son.
Escrituras
Acerca de este Plan
"Año Nuevo, Nuevo Tú" es un devocional de 4 días que te desafía a soltar lo antiguo y abrazar lo nuevo. Explora la liberación de cargas emocionales, alinea tus metas con la voluntad divina y aprende a vivir plenamente en el presente. Este viaje espiritual te insta a confiar en Dios, buscar Su dirección y transformarte para abrazar un año lleno de potencial y bendiciones.
More
Nos gustaría agradecer a Leslie Ramírez Lázaro por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://aboutleslierl.web.app/