40 Días de AdoraciónMuestra

Imagina la emoción de despertar y enfocar tus pensamientos en las cosas celestiales, sabiendo que Dios ya conoce las buenas noticias que te esperan hoy. En lugar de despertar con temor, ansiedad o aburrimiento, puedes fijar tus ojos en Jesús y rendir tu voluntad de todo corazón a la de Dios.

Esta actitud de entrega hace que cada día sea una emocionante aventura con Dios. Puedes preguntarle: “¿Qué tienes planeado para mí hoy? ¿Qué vamos a lograr juntos?” La entrega no es solo un ejercicio mental o un concepto elevado. Es una acción que requiere una elección consciente. Es una decisión que involucra todo tu ser: corazón, mente, voluntad, emociones y cuerpo, mientras te entregas a la voluntad de Dios.

El Apóstol Pablo escribió: “Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí, porque mi antiguo yo ha muerto clavado en la cruz con Cristo”. Ese es el lenguaje de una entrega gozosa. Él no estaba interesado en hacer las cosas por su cuenta, aislado de Dios. Eso no significa que fuera un títere o un robot, simplemente significa que descubrió la verdadera vida al permitir que el poder de Cristo guiara sus palabras y pasos.

Rendirse a Dios ayuda a sintonizar tus oídos a Su voz. La Palabra de Dios cobra vida. La paz de Dios guarda tu corazón y tu mente en Cristo Jesús. La aventura del día comienza al darle a Dios el control y permitir que Su voluntad se convierta en la tuya. Esta relación íntima con Dios no es pasiva sino activa.

Dios es el iniciador y tú eres el que responde, rindiendo tu voluntad y permitiendo que el amor de Dios llene el núcleo de tu ser. Cuando este centro de amor se activa, el miedo pierde su agarre.

Hoy, mientras pasas quince minutos a solas con Dios, fija tu mirada en Jesús y ofrécele tu vida en completa entrega. Deja que Su amor llene tu corazón. Permite que la fe se aviva en tu alma. Permítele darte el amor, la aceptación y la libertad que tu corazón anhela. Y luego, pídele que guíe tus pasos hoy. “Jesús, rindo mi voluntad a la tuya. ¿Qué aventura nos espera? ¿Qué vamos a lograr hoy? ¿A quién quieres que ame hoy? ¿Cómo quieres que me vea en este momento?”.

Nunca te arrepentirás de entregarle a Dios tu ser entero. Él es el lugar más seguro porque Su amor por ti nunca acabará.

Preguntas para Reflexionar

1. ¿Cómo podría sentirse como una aventura rendirse a Dios cada mañana?
2. ¿En qué áreas necesitas más la fuerza y asistencia de Dios? ¿Cómo podrías entregarte a Dios en esas áreas?
3. ¿Te resulta fácil o difícil orar: “Jesús, cedo mi voluntad a la tuya”? ¿Por qué?