40 Días de AdoraciónMuestra

¿Puedes recordar alguna vez en la que experimentaste una paz interior profunda? Tal vez estabas sentado junto a un lago disfrutando de una increíble puesta de sol, o estabas en casa rodeado de tu familia, o te estabas riendo con tus mejores amigos, y pensaste: “Esto es lo que realmente importa. Ojalá pudiera sentirme así para siempre”.

La paz es verdaderamente un regalo, y es el tema de la segunda oración sencilla que quiero compartir contigo. Durante mis quince minutos a solas con Dios por la mañana, a menudo oro: “Jesús, dame tu paz”.

La paz de Dios es diferente a la paz del mundo. La paz que proviene de nuestras circunstancias va y viene, pero la paz de Dios permanece incluso en las circunstancias más difíciles. Jesús les dijo a sus discípulos: “Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que les doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo” (Juan 14:27).

Anteriormente, miramos Filipenses 4:6. “No se preocupen por nada. Más bien, oren por todo”. Esta es la clave: acude a Dios con tus necesidades y agradece por todo lo que ha hecho. A través de este proceso, tienes acceso a la paz de Dios, una paz que sirve como centinela, guardando tu corazón y mente mientras permaneces en Cristo Jesús.

Esta verdad se refuerza en 1 Pedro 5:7: “Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de ustedes”. Tus preocupaciones a menudo giran en torno a las cosas más queridas para tu corazón, las cosas que más te importan. Dios te invita a hacer un intercambio: confiarle tus preocupaciones y recibir Su paz.

Si necesitas paz, tómate unos momentos para darle a Dios tus preocupaciones. Recuerda que Él te ama y se preocupa por ti. Luego, pídele la paz que tu corazón anhela. “Jesús, dame tu paz”.

Preguntas para Reflexionar

1. Según Filipenses 4:6–7, ¿cuál es el antídoto contra la preocupación y la ansiedad? ¿De qué manera estos versículos te animan a abordar tus propias preocupaciones y miedos?
2. ¿Cómo el entender que Dios se preocupa por las cosas y personas que te importan te brinda una mayor paz?
3. ¿Necesitas más paz? ¿Cuáles son las preocupaciones y cuidados que deberías entregar a Dios?