40 Días de AdoraciónMuestra

Bienvenido a la segunda semana de la Experiencia de Adoración de 40 Días. Estamos reflexionando sobre la primera oración sencilla, “Jesús, cedo mi voluntad a la tuya”.

Quiero que imagines un espacio llamado el Lugar de Entrega. Es un destino que existe en tu corazón, alma y mente, donde te sientes tan completamente amado y protegido que puedes soltar cualquier cosa que te impida confiar completamente en Dios.

Proverbios 18:10 dice: “El nombre del Señor es una fortaleza firme; los justos corren a él y quedan a salvo”. Esto describe el Lugar de Entrega. Es una seguridad encontrada en la entrega; una confianza disfrutada en la confianza total. Es un espacio sagrado donde entregas tu corazón a Dios, permitiéndole ser tu fortaleza inquebrantable.

Durante tus primeros quince minutos con Dios cada mañana, aprende a “correr hacia Él” y estar a salvo. Libera tus miedos, confía tus deseos a Él, consulta con Él acerca de tus planes, confía en Él con tus necesidades. Él es una fortaleza firme, y cuando te colocas completamente en Sus brazos, estás a salvo. Ese es el Lugar de Entrega.

Si te encuentras en medio de una situación desafiante en este momento, permite que el Espíritu Santo tome el control de tu corazón, silenciando las voces internas de duda y miedo. Dios es tu fortaleza, listo para desbloquear el centro del amor dentro de ti donde recibes Su amor. Este intercambio divino aplasta el miedo y activa la fe.

Si hay algo en tu vida que sabes que no es la voluntad de Dios para ti, entrégaselo. Permítele mostrarte lo que hay dentro de tu corazón y guiarte por un mejor camino. Él no está aquí para aplastarte o condenarte, sino para liberarte. No dejes que la vergüenza o el miedo te detengan. Corre hacia Dios, tu fortaleza, y estarás a salvo.

Si hay un conflicto relacional que te preocupa y estresa, o si tus finanzas no están donde deberían estar, o si no estás seguro acerca de una situación en el trabajo, entrega esas cosas a Dios. Permítele ser la primera y más clara voz a la que escuchas al alinear tu vida con Él. Que esta sea tu oración hoy: “Jesús, cedo mi voluntad a la tuya”.

Preguntas para Reflexionar

1. ¿Puedes recordar alguna vez en la que experimentaste a Dios como una “fortaleza firme” en tu vida? Descríbela.
2. ¿Cuán seguro te sientes con Dios? ¿Qué te hace sentir seguro o inseguro?
3. ¿Cuáles son las áreas más difíciles para ti de rendir a Dios, y por qué?