40 Días de AdoraciónMuestra

Dios se deleita en escuchar los deseos de nuestros corazones, y quiere que depositemos todas nuestras preocupaciones en Él. Cuando tenemos inquietudes en nuestra mente, como la familia, la salud, el trabajo, las relaciones y las tareas por realizar, debemos presentar esas cosas al Señor en oración. Sin embargo, hay una solicitud que es fácil pasar por alto pero que a menudo es la más importante de todas: la sabiduría.

Según el libro de Proverbios, “La sabiduría es más preciosa que los rubíes; nada de lo que desees puede compararse con ella” (3:15). Cuanto más envejezco, más me doy cuenta de que la sabiduría realmente es más valiosa que muchas de las metas que llenan nuestras agendas. He aprendido que orar, “Jesús, dame sabiduría y guía”, es una de las mejores cosas que puedo hacer.

¿Ves la sabiduría de esta manera? ¿La buscas, la solicitas y la escuchas? En tu jornada diaria a través de las inesperadas curvas de la vida, a veces te encontrarás perdido, sin saber qué camino tomar. En esos momentos, es bueno reconocer que no tienes todas las respuestas. Esa es humildad. Haz una pausa, dirígete a Dios y pídele sinceramente Su dirección.

Me encanta la promesa que nos dio el apóstol Santiago. “Si necesitan sabiduría, pídansela a nuestro generoso Dios, y él se la dará; no los reprenderá por pedirla” (Santiago 1:5). Dios quiere guiar tus pasos. No te avergonzará ni te rechazará por no saber qué hacer.

Uno de los muchos beneficios de pasar tiempo a solas con el Señor por la mañana es que abre tu corazón a la sabiduría de Dios, que es la más valiosa de todas. Así que no solo ores por nuevos negocios, un mejor trabajo, salud o una cita este viernes (aunque esas cosas son importantes). Ora también por sabiduría. Haz de esto tu clamor sincero a Dios.

Esta mañana, al orar, di: “Jesús, dame sabiduría y guía”, y haz un compromiso con Dios para valorar y buscar Su sabiduría. Si hay áreas específicas en tu vida donde necesitas dirección y orientación, tómate el tiempo para considerar esas cosas en la presencia de Dios. Estate atento a Su voz y escucha si Él comienza a darte nuevas ideas, creatividad y claridad.

Preguntas para Reflexionar

1. ¿Le pides regularmente a Dios sabiduría y orientación? ¿Por qué o por qué no?
2. ¿Crees que Dios quiere impartirte sabiduría? ¿Cómo lo demuestras en tu vida?
3. ¿Qué pensamientos creativos y sabiduría divina te ha compartido Dios últimamente?