Eliminando las excusasMuestra

No dejes que las etiquetas te limiten

En 1 Crónicas encontramos una breve oración que hace un personaje llamado Jabés. Su nombre significa dolor o aflicción. Su mamá lo nombró así por el trauma que le causó cuando lo dio a luz. ¿Te imaginas que tu mamá te llame constantemente “Mi hijo de dolor”? Su propia madre le puso esa etiqueta. Seguro esa etiqueta afectaba todas las áreas de su vida.

Sin embargo, Jabés decidió no dejar que las etiquetas que le pusieron sean excusas para no acercarse a Dios y ver lo que él podía hacer en su vida. En un momento, él ora a Dios y le pide que lo bendiga y ensanche su territorio. Le pide que lo ayude y libre del mal para que no padezca de aflicción. Y Dios le concedió su petición.

Jabés decidió no quedarse viviendo bajo el peso de las etiquetas, sino que depositó su confianza en Dios, creyendo que él tenía algo más para su vida. Con el clamor de su corazón, la Palabra dice que Dios lo escuchó y concedió su petición.

Vemos a un hombre que tenía todas las razones para autolimitarse y decide eliminar las excusas. No limites lo que Dios puso en ti porque vives bajo el peso de algo que alguien puso sobre tu vida… ¿Qué etiquetas sientes que te definen y te limitan en la vida que Dios tiene diseñada para ti? Dios no te va a quitar esas etiquetas. Él está esperando que se las entregues.

En la vida puedes progresar o poner excusas, pero no puedes tener ambas. Cuando entregas tus etiquetas y comienzas a verte como Dios te ve, comenzarás a progresar en tu vida de fe, madurar en tu carácter y sentirte renovado en tu mente. Puedes orar como Jabés, pidiéndole a Dios que ensanche tu territorio. Reclama lo que el enemigo piensa que es de él: tu matrimonio, tu familia, tus finanzas, tu futuro. Servimos al Dios Todopoderoso. Él abre un camino donde no lo hay.

Oración: Señor, te doy gracias por tu Palabra. Gracias por desafiarme a no usar las etiquetas que me pusieron como excusas. Ayúdame a poder progresar en mi vida de fe, a madurar en mi carácter y a ser renovado en mi mente. Como Jabés, te pido que ensanches mi territorio y me bendigas. Ayúdame y líbrame del mal. En el nombre de Jesús, amén.