Mi llamadoMuestra

“Escucha el llamado"



Asociamos a los ángeles con alas, pero aquí el ángel apareció en llamas que no quemaban la zarza. Ten en cuenta que no era una zarza en llamas, sino un fuego en la zarza. La palabra ángel significa mensajero de Dios. El mensajero llamó la atención sobre la presencia de Dios y el lugar santo donde Moisés estaba de pie. Los mensajeros de Dios vienen en diversas formas; de manera similar, Dios puede llamar nuestra atención a través de una experiencia, una escena, una visión o un pensamiento. Por ejemplo, una dura prueba, una dificultad o una enfermedad, bien pueden ser la forma en que Dios nos acerca a su voz.

Observa que el fuego no habló; tampoco lo hizo la zarza, pero Dios mismo habló desde dentro de la zarza. Éxodo 3:4 (NVI) dice: “Cuando el Señor vio que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza: —¡Moisés, Moisés!—Aquí estoy —respondió”.



El fuego atrajo la atención de Moisés, pero era la voz de Dios mismo, esto llevó a que Moisés ocultara su rostro. En Éxodo 3:7-9 Dios manifestó su preocupación por la difícil situación de su pueblo y junto con eso, Dios le dijo a Moisés: “Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel”. (Éxodo 3:10 NVI)



No podría haber sido más claro. Ven, por tanto, ahora y te enviaré. El llamado de Dios no se trataba de su propio bienestar o de su propia prosperidad, sino que definitivamente era por el bien de su pueblo. El llamado tomó un tiempo considerable y efectivamente hubo un largo proceso antes de que Moisés escuchara el llamado de Dios.



Por lo tanto, con respecto a nuestro llamado, no entremos en pánico ni intentemos acelerar el proceso por el que Él nos está llevando. El Señor nos guiará cuidadosamente a través de varias etapas de su previsión y disciplina antes de revelar su plan. Sirvámosle y obedezcamos fielmente donde estemos y finalmente lleguemos al lugar santo donde Él hablará y nos encargará la tarea que tiene para nosotros.