Mi llamadoMuestra

"Florece donde estés plantado"



Varias etapas en la vida de Moisés fueron fundamentales para ayudarle a discernir el llamado de Dios. Por lo tanto, cada período es importante, y la experiencia de la “zarza ardiente” no puede verse sin la mano de Dios manifestándose en cada etapa de su vida. La mano protectora de Dios durante la infancia de Moisés, no puede ser pasada por alto. Sus padres, la princesa, su educación y su lujoso estilo de vida, le permitieron tener bases sólidas. En este tiempo, no hay registros de experiencias alucinantes ni voces audibles, pero Dios trabajó a través de las personas y de las circunstancias para formar a Moisés con lo mejor de la alimentación y educación que Egipto podía ofrecer. Hechos 7:22 (RVR1960) dice: “Y fue enseñado Moisés en toda la sabiduría de los egipcios; y era poderoso en sus palabras y obras”.



Si reflexionamos un poco, nos daremos cuenta de cómo muchas veces el Señor ha usado héroes y momentos trascendentales en nuestra vida para demostrar su cuidado, protección y providencia. Necesitamos aprender a florecer donde hemos sido plantados y agradecerle grandemente todo lo que nos ha dado. Nos hemos acostumbrado a descargar archivos a gran velocidad y a la comida al instante, y solemos esperar que Dios trabaje de manera similar. El llamado de Moisés llegó luego de un período de tiempo considerable, pero Dios estuvo trabajando todo el tiempo. El llamado de Dios requiere la aceptación de los eventos en nuestra vida que fueron diseñados o permitidos por Él para moldearnos para el futuro. Una expectativa prematura por escuchar o anhelar la experiencia de la “zarza ardiente” puede terminar frustrándonos. El llamado de Dios puede llegar en cualquier momento de nuestra vida, la cual ha sido planificada por Él. Necesitamos seguir avanzando con lo que ya hemos recibido y, a su debido tiempo, tendremos la claridad necesaria sobre esa misión específica, por lo que, hasta entonces, florece donde estés plantado con gratitud en tu corazón.