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Elige perdonar

DÍA 2 DE 22

Cuidado de las heridas 101

Idea principal: Es hora de dejar de rascarse las costras emocionales.

Reto: Cree que Dios es capaz de lidiar con el dolor de tu pasado.

«Él mismo llevó nuestros pecados en Su cuerpo sobre la cruz, a fin de que muramos al pecado y vivamos a la justicia, porque por Sus heridas fueron ustedes sanados» (1 Pedro 2:24).

Cuando te estás preparando para ser una maestra de educación primaria, los profesores no te dicen que la oración «deja de rascarte la costra», se va a convertir en una oración regular dentro de tu salón de clases. Durante los años que pasé enseñando a niños, «si lo tocas, vas a sangrar», era una oración que mis niños se sabían de memoria.

Pero, sin importar cuantas veces yo repitiera esa oración, no fue hasta que los niños experimentaban el desastre por sí mismos a través del intento y el error, y de sacar un poco de sangre, que finalmente dejaban sus costras en paz y les permitían sanar.

Cuando llegas a la adultez continúas teniendo costras y cicatrices, pero a menudo las más desagradables provienen de heridas emocionales. Cuando una herida está sensible por el dolor de heridas pasadas, es menos probable que dejes que alguien se acerque a ella. En cambio, tratas de manejarlo tú misma, sin darte cuenta de que mientras tratas de arreglarlo a tu manera, te estás perdiendo la sanidad que sólo Dios puede proporcionar.

Nuestra forma natural de manejar estas heridas solo ocasiona mantenerlas adoloridas e inflamadas. Es el camino de Dios (y solo el suyo), el que ofrece una esperanza de sanidad y rescate de los inevitables problemas de la vida a los que nos enfrentamos (Nancy DeMoss Wolgemuth, Escoge Perdonar).

Probablemente no es la primera vez que escuchas que el plan de Dios es mejor que el tuyo. A través de la experiencia ya has descubierto que aferrarte a tus heridas del pasado solo profundiza tu resentimiento y hace que tus relaciones sean más disfuncionales.

Si Dios te pide hoy que pongas en Sus manos una situación dolorosa, no esperes más. Confía tus cicatrices más profundas a Él. Por Sus heridas, la verdadera sanidad es posible.

Hazlo personal:

·¿Viene a tu mente alguna vez en la que intentaste manejar una herida del pasado por ti misma?

·¿Cómo se vio afectada tu comunión con Dios a causa de esta decisión?

Profundiza:

Cuando te haces un rasguño o una rozadura, buscas una bandita. Pero, ¿qué haces para curar tus heridas internas; el tipo de heridas que tienes cuando alguien te miente, te maltrata, o abusa de ti de alguna manera?

Escrituras

Día 1Día 3

Acerca de este Plan

Elige perdonar

Libérate de la amargura y da un paso hacia la esperanza. Perdonar es difícil porque el dolor, la ira y el resentimiento se filtran en las grietas más profundas del corazón y no estamos seguros de cómo limpiarlas. Afortunadamente, Dios está listo para enseñarnos cómo encontrar la libertad a través del perdón. No dejes que la amargura carcoma tu corazón. Toma el reto para elegir el perdón y sé libre.

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Nos gustaría agradecer a Aviva Nuestros Corazones por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.avivanuestroscorazones.com/retos/reto-de-30-dias-eligiendo-perdonar/