Derribando Las Fortalezas De Maldad.Muestra

Principados y potestades.

En nuestro entorno, existen principados y potestades de maldad que influyen en la mente de las personas, tratando de provocar contiendas, ira y disensiones, y que el ser humano se deje llevar por la lujuria, la gula, la avaricia y todos los males que aquejan a la sociedad.

Estos principados no son visibles a simple vista porque son espirituales, y esto es algo que a menudo pasamos por alto. Lo digo porque en muchas ocasiones comenzamos a pelear con las personas, olvidando lo que se nos dice en Efesios 6:12: "Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes".

Amado amigo, amada amiga; sé por experiencia propia que es difícil cambiar la mentalidad y no mirar a quien nos ataca, sino reconocer que detrás de esa persona se mueve un demonio, un principado o una potestad que tiene su mente y corazón cautivos, llevándole a expresar odio, resentimiento o amargura de espíritu. Debemos ser sabios y no discutir con la persona; lo mejor y más productivo es orar al Padre para que esa persona que está siendo atormentada por el enemigo sea libre por medio del Espíritu Santo, recordando así lo que se nos dice en Romanos 12:20: "Así que, si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza".

Oremos:

Padre Bueno, gracias por la libertad que nos has dado, por la cual el enemigo no puede atormentar nuestra vida, porque sabemos que tú estás con nosotros. Gracias porque en algún momento hubo alguien que se paró en la brecha y oró por nosotros para que recibiéramos la libertad de Cristo. Hoy nos levantamos contra todo argumento del enemigo y, en el nombre de Jesús, clamamos por las personas que están siendo sometidas por el enemigo mediante sus principados y potestades que se mueven en este mundo. Pedimos que sean libres en el nombre de Cristo y que puedan tener paz en su mente y corazón. Que tengan ese encuentro íntimo y personal con Jesús para encontrar lo que en su corazón necesitan. Amén.