Gloria en Nuestros Sufrimientos.Muestra

Día 1: Confiar en Dios con nuestra sanación.

Agradezco que Dios nos ama demasiado como para dejarnos como nos encontró. Me encontré fuerte al confiar en Dios en todas las áreas de mi vida hasta que El reveló una parte en la que no me había sumergido: la sanación de mi trauma pasado.

Durante los últimos años, me sentí cómoda con mi exceso de peso. Me gustaba ser invisible, estar en un segundo plano, especialmente no ser notada por los hombres. Era mi lugar de seguridad y comodidad. Hasta que un día, Dios me convenció y gentilmente me dijo que todavía vivía en la esclavitud del miedo.

Hice un hogar en la tumba de la que El me llamó para salir. Mientras estaba en terapia, aprendí que debido a 12 años de abuso, inconscientemente gané peso para protegerme de la atención no deseada, especialmente de los hombres. Dios me susurró y dijo: "Aún estás viviendo en la esclavitud del miedo, te ordeno que salgas de esa tumba y abraces la vida plena de libertad que quiero darte".

Con el tiempo tuve ayuda para crear un plan de salud e ir al gimnasio. Dios tuvo que enseñarme cómo sentirme segura en mi cuerpo y mirarme a través de sus ojos. Me encontré preguntándome por qué Dios permitió que me sucedieran estas cosas. Me llevó al libro del Génesis, la historia de Jose, quien fue vendido como esclavo por las personas que se suponía que debían amarlo y protegerlo, su propia familia. Esta historia me habla muy personalmente, ya que mi madre biológica me vendió para el tráfico sexual. Leí todas las pruebas que soportó José, y en cada dificultad, Dios estuvo allí con José a su lado. ¡José encontró el favor de todos los gobernantes, guardias de prisión y faraones! Pasaron años y años antes de que viera la promesa de Dios, y cuando finalmente la vio, honró a Dios. Génesis 41:52 “Al segundo hijo le puso por nombre Efraín y dijo: “Es porque Dios me ha hecho fructífero en la tierra de mi sufrimiento”. Esto me hizo tener esperanzas de que Dios nos hará fructíferos en nuestro sufrimiento.

Dios no tiene miedo de nuestras preguntas ni de ninguna emoción. Él siempre te encontrará allí donde estés con gracia, listo para recibirte y guiarte. Él es nuestro maravilloso y poderoso consejero personal que sabe exactamente lo que necesitas para recibir la sanación en tu vida. ¡Déjate llevar y confía en Dios!

Génesis 41:52 “Al segundo hijo le puso por nombre Efrain y dijo: “Es porque Dios me ha hecho fructífero en la tierra de mi sufrimiento”.

Isaías 9:6 “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el gobierno estará sobre sus hombros. Y será llamado Admirable Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”.