La Armadura de DiosEjemplo

Protege tu corazón

Leer: Proverbios 4:20–23

EOAO: Proverbios 4:23

Vigila atentamente tu interior, porque de él mana la vida.

En el texto:

Satanás sabe que si puede llegar a nuestros corazones, puede extender sus mentiras a todas las demás áreas de nuestras vidas. Llevar la coraza de justicia nos protege de estas mentiras. Cuando la usamos, confiamos en la justicia de Cristo, no en la supuesta justicia de nuestras buenas obras.

Por naturaleza, somos pecadoras. Incluso después de nuestra salvación, todavía luchamos con el pecado en nuestras vidas. Satanás también sabe esto, así que nos ataca con vergüenza y culpa. No usamos una coraza de nuestra propia justicia para detener la flecha de acusaciones y condenación de Satanás, sino que usamos la de Cristo. Gracias a la justicia de Cristo, nuestros corazones pueden ser protegidos.

Si no usamos la coraza de justicia, sin querer nos exponemos a los ataques estratégicos de Satanás. Debemos aprender a proteger nuestro corazón con la armadura que Dios nos ha dado. Parte de eso implica conocer la verdad de Dios y vivirla. Esto incluye poner la Palabra de Dios en acción en nuestras vidas y elegir vivir una vida justa lo mejor que podamos en este mundo caído. Abrimos nuestros corazones a los ataques cuando conocemos la Palabra de Dios, pero elegimos vivir en contra de ella.

Un buen ejemplo es la amargura. La amargura es un área con la que muchas de nosotras luchamos. Sabemos que tenemos que perdonar, que no debemos guardar rencor y, que en cambio, debemos poner la ofensa en las manos de Dios, sin embargo, muchas veces no obedecemos. Cuando elegimos no obedecer, hacemos que nuestro corazón sea vulnerable a un ataque del enemigo. Si no tenemos cuidado, la amargura y la falta de perdón pueden afianzarse y, con el tiempo, envenenar otras áreas de nuestras vidas y relaciones.

Oración:

Querido Señor Jesús, ayúdame a proteger mi corazón para que lo que brote de él te honre. Gracias por la coraza de justicia que me has dado. Ayúdame a aprender a usarla en mi vida y a confiar en Ti con mi corazón. Amén.