Conociendo a un Dios desconocido.

Considerar

Hay muchas religiones en el mundo. La gente está casi universalmente buscando algo en lo que creer, algo que les dé propósito, esperanza y dirección. Algunas personas deciden que no hay Dios, que no hay un propósito y que no hay esperanza, que depende de ellos crear algún tipo de significado en su vida. Si la moralidad es subjetiva, no hay una verdad cierta, y tu propia fuerza, amor y comprensión son todo en lo que puedes confiar, esa existencia es agotadora y fútil.

Mucha gente cree en dioses falsos, ídolos vacíos que no aman, no se comunican y no se sacrifican por sus patrones. Existen para ser adorados y obedecidos sin ninguna certeza ni afecto. Aquellos que siguen estas creencias viven con miedo, siempre preocupados por el castigo que vendrá si de alguna manera desagradan a sus dioses.

Y luego están las personas que han aceptado una variedad de creencias, seleccionando y eligiendo entre las opciones disponibles para ellos hasta que hayan creado un dios para adorar que se parezca mucho a su propio sentido de divinidad. Ahí es donde estaba la gente de Atenas cuando Pablo los conoció. Eran devotos en la adoración y en la sinceridad, pero se aferraban a cualquier cosa. Incluso tenían un altar para el dios desconocido.

Y luego Pablo les dijo lo que estaban perdidos.

Por primera vez, pudieron escuchar acerca de un Dios totalmente diferente, uno que los creó, que existía fuera de cualquier edificio o imagen, y que había abierto un camino para que lo conocieran.

Por primera vez escucharon el Evangelio, una enseñanza radicalmente nueva. Este único Dios verdadero les ofreció esperanza, propósito y seguridad en Él. No más búsquedas, no más preguntas, no más incertidumbre o miedo. Por supuesto, para algunas de las personas que escucharon las Buenas Nuevas, fue demasiado diferente, demasiado simple, demasiado difícil.

Pero para los que creyeron, el Evangelio lo cambiaría todo.

Obedecer

Recuerda cuando escuchaste el Evangelio por primera vez o cuando lo comprendiste por primera vez. Cuéntale a alguien la historia y piensa en cómo te sentiste acerca de lo que estabas escuchando.

¿Te sientes equipado para compartir el Evangelio de manera sencilla con alguien que nunca lo ha escuchado? Practica en voz alta con un compañero.

¿Qué diferencia al cristianismo de otras religiones y creencias? Pasa algún tiempo en adoración y oración mientras consideras el regalo que Dios te ha proporcionado a través de Jesús.