Por encima del afán y la ansiedadMuestra

Nada merece que te afanes (Parte 2)

"Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?" (‭‭‭Mateo‬ ‭6‬‬:‭25‬‬‬).

Preguntas: 1. ¿Qué fue hecho para qué, el cuerpo para la comida o la comida para el cuerpo? 2. ¿El cuerpo para la ropa o la ropa para el cuerpo? Imagino que, al leer las preguntas, puedes responder fácilmente. El problema es que lo sabemos, pero no lo vivimos. Alteramos el orden de los factores todo el tiempo, y no debe ser así.

Tu cuerpo es más que la comida y más que la ropa. Dios sabe que tienes necesidad de ambas cosas, pero en este día,, nos recuerda que afanarnos por esas cosas solo nos complicará la vida.

Aquí te dejo dos ejemplos sencillos:

1. He hecho ayunos de comida por largos días y no me he muerto, pero si Dios me quita el cuerpo, no puedo seguir viviendo en este mundo. Sigo vivo en el ámbito espiritual, pero ausente en el natural. ¡Tan sencillo como eso! Entonces, el cuerpo es más que la comida. No estoy diciendo que no necesitamos comer, si no lo hacemos moriremos, pero no alteremos el orden.

Un día, escuché a un pastor decir: “El cristiano cambia un pecado por otro; no se emborracha, pero come más de la cuenta”. ¡Guau! ¡Cuánta verdad en esa expresión! Por si no lo entendiste: COMER MÁS DE LA CUENTA ES GULA, es pecado, es falta de fe.

La Biblia dice: "y todo lo que no proviene de fe, es pecado" (‭‭‭Romanos‬ ‭14‬‬:‭23‬‬‬).

2. Tu cuerpo sin la ropa sigue funcionando, pero la ropa sin tu cuerpo no sirve para nada. Puedes hacer este ejercicio: saca un brazo de la manga de tu camisa y verás que la manga deja de funcionar mientras que tu brazo sigue normal. Entonces, muchas veces nos afanamos por tener un armario lleno de ropa, por estar a la moda, por tener ropa de marca; y no es que del todo está mal, pero ¿hasta qué punto? Si lo extremamos más de la cuenta, deja de ser sano y pasa a ser pecado.

En fin, todo en esta vida es pasajero y aquí se queda. Pongamos nuestra mirada donde debe estar, en Jesús.