Llevar mucho fruto

Juan 15:5 – Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.

Yo soy la vid, vosotros los pámpanos: Tal vez Jesús lo explicó así porque los discípulos estaban muy acostumbrados a pensar en Israel como la vid. Ahora tenían que pensar en Jesús como la vid y hacer énfasis en su conexión con él.

El que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto: Llevar fruto es inevitable al permanecer. La calidad y la cantidad del fruto pueden variar, pero la presencia del fruto es inevitable.

El propósito del pámpano es dar fruto. Aunque hay usos para las hojas de la uva, la gente no cultiva vides de uva sólo para mirar sus bonitas hojas. Se toman la molestia de cultivarlas, plantarlas, regarlas y cuidarlas para poder disfrutar del fruto. En este sentido, podemos decir que el fruto representa el carácter cristiano (como el fruto del Espíritu en Gálatas 5). La obra de Dios en nosotros y nuestra conexión con Él deberían evidenciarse con fruto, y tal vez con mucho fruto.

El fruto también implica reproducción inherente. Prácticamente toda pieza de fruto tiene semillas en su interior, con el fin de reproducir más fruto.

El concepto de permanecer no se limita a que nosotros permanezcamos en Jesús; también incluye que Él permanezca en nosotros. Es una dinámica mutua que espera que nuestra vida esté en conexión vital con Jesús, tanto espiritual como prácticamente, y que espera que Él habite en nosotros de manera real y activa. La responsabilidad de permanecer no es sólo del creyente.

Separados de mí nada podéis hacer: No es que los discípulos no pudieran realizar ninguna actividad sin Jesús. Podían ser activos sin Él, como lo eran los enemigos de Jesús y muchos otros. Sin embargo, ni ellos ni nosotros podríamos hacer nada de valor real y eterno sin Jesús.

F.F. Bruce menciona que “Pablo expresa la misma verdad cuando dice: ‘Y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí’ (Gálatas 2:20), y ‘Todo lo puedo en Cristo que me fortalece’ (Filipenses 4:13)”.

Charles Spurgeon comenta: “‘Sin mí nada podéis hacer’; si esto es cierto para los apóstoles, ¡mucho más para los opositores! Si sus amigos no pueden hacer nada sin Él, estoy seguro de que sus enemigos no pueden hacer nada contra Él”.

Basado en el Comentario bíblico Enduring Word de David Guzik.