El gozo que permanece

Juan 15:11 – Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.

Que mi gozo esté en vosotros: El gozo de Jesús no es lo mismo que lo que comúnmente se entiende como felicidad o emoción. El gozo de Jesús no es el placer de una vida fácil; es el regocijo de estar bien con Dios, y caminar conscientemente en su amor y cuidado. Podemos tener ese gozo (podemos tener su gozo), y tenerlo como una presencia permanente.

Henry Alford describe el gozo de Jesús como: “No es ‘gozo acerca de mí,’ ni ‘gozo derivado de mí,’ ni ‘Mi gozo sobre ustedes,’ sino ‘mi gozo,’ propiamente dicho... su propia santa exultación, el gozo del Hijo en la conciencia del amor de Dios”.

George Morrison comenta: “Nadie le preguntó nunca a qué se refería. No se miraron unos a otros perplejos. Les pareció completamente natural que el Maestro hiciera referencia a su gozo. De esto deducimos que el gozo de Cristo era algo con lo que estaban perfectamente familiarizados”.

Vuestro gozo sea cumplido: Este es el resultado de permanecer en el amor de Jesús, y de la obediencia que fluye de esa relación que permanece.

Adam Clarke define la palabra “cumplido” como completo o lleno: “Una metáfora tomada de un recipiente en el que se vierte agua o cualquier otra cosa, hasta que está lleno hasta el borde. La religión de Cristo expulsa toda miseria de los corazones de quienes la reciben en su plenitud. Fue para expulsar la miseria del mundo que Jesús vino a él”.

Charles Spurgeon resume bellamente el gozo que da Jesús: “Dios hizo a los seres humanos, como a las demás criaturas, para que fueran felices. Son capaces de ser felices, están en su elemento correcto cuando son felices; y ahora que Jesucristo ha venido a restaurar las ruinas de la Caída, tiene que devolvernos el antiguo gozo, sólo que será aún más dulce y profundo de lo que podría haber sido si nunca lo hubiéramos perdido”.

Basado en el Comentario bíblico Enduring Word de David Guzik.