No hay de qué temerMuestra

Hoy camino en tu verdad

Luego que los espías llegaron, le dieron a Josué el reporte de lo que había pasado y del temor que tenían los habitantes de Jericó. Luego, el pueblo de Israel emprendió el camino para invadirlos y conquistar esa tierra.

La Biblia no aclara exactamente cuántos días pasaron entre que los espías dejaron la casa de Rahab e invadieron la ciudad, pero podemos asumir que no fueron pocos. Mientras el pueblo de Israel planeaba la invasión, ¿qué habrá pasado por la cabeza de Rahab en ese período de tiempo? ¿Colgó el hilo al instante, o habrá dudado? ¿Cuál fue la reacción de su familia cuando les contó lo sucedido? ¿Habrán estado encerrados mucho tiempo?

La Biblia no da detalles al respecto, pero imagino las dudas que habrá tenido al momento de colgar ese hilo de la puerta. ¿Cumplirán los espías con su promesa? ¿Qué pasaría si algún guerrero de Israel no hubiera escuchado la orden de no atacar a la casa del hilo en la puerta? Me imagino cuando fue a contarle a su familia las forma de estar resguardados del inminente ataque.

"¿Qué un simple hilo nos va a salvar la vida? ¡Estás loca!", habrá exclamado algún pariente.

"Lo más probable es que esos espías te hayan engañado, mirá si van a salvarnos a nosotros", seguramente le dijo otro.

Lo cierto es que, a pesar que todos estos pensamientos son una conjetura mía, lo que sí relata la Biblia es el final de la historia. Rahab se mantuvo firme creyendo en lo que habían dicho los espías. Colgó el hilo de la puerta, y allí lo mantuvo. No sólo eso, sino que indicó a toda su familia que permaneciera dentro de la casa para ser salvos.

En nuestra vida pasa lo mismo. Un día escuchamos la palabra del Señor, y seguramente hay cosas que nos suenan extrañas. Cosas que no terminamos de creer del todo. Pero lo importante es aferrarnos a su verdad. La verdad que dice la Biblia, y no lo que nosotros podemos llegar a pensar o a imaginar. Muchas veces nos invade la duda, y es normal. Todos dudamos en algún momento ante determinadas circunstancias. Lo importante es mantenernos firmes a pesar de lo que pase y caminar en la verdad del Señor, que es la que nos hará verdaderamente libres.