No hay de qué temerMuestra

Mi ayuda en tiempos de soledad

Es muy común sentirse solo. Pasa aún estando acompañado. Me refiero a ese sentimiento de pensar que nadie entiende lo que te pasa, o que resulta complicado expresar lo que estás sintiendo. Y por más que estés rodeado de gente, hablando con muchas personas por Whatsapp, o interactuando con amigos en Instagram, te sientes solo.

Esto es más común de lo que piensas, y también le pasó a personas en la Biblia. Un episodio que me llama mucho la atención se encuentra en Josué 2. Relata la historia de 2 espías que habían ido a Jericó a inspeccionar la ciudad para poder conquistarla. Entraron allí, observaron la situación y terminaron en la casa de una mujer llamada Rahab. Alguien dio aviso al rey que en esa casa se encontraban los dos espías por lo que de inmediato los mandó a buscar por un guardia para matarlos.

Ponte un segundo en los zapatos de estos espías. En una ciudad que desconocían, en la casa de una mujer extraña que encima era prostituta, y con un pedido de captura. Dicho en otros términos, estaban hasta las manos. Me imagino que en ese momento se habrán sentido totalmente solos. No importa que hayan estado con gente alrededor. Un sentimiento de soledad, y el pensamiento que era muy probable que los encuentren los habrá inundado.

De repente, los guardias tocan a la puerta de la mujer. Los hombres hacen silencio, la mujer abre la puerta y exclama: "No están acá, se fueron hace un rato. Deberían apurarse a encontrarlos antes que dejen la ciudad". Los guardias se retiran. Los hombres respiran aliviados, había llegado su ayuda en tiempos de soledad.

Es que muchas veces la ayuda cuando nos sentimos solos viene de donde menos lo esperamos, tal como le pasó a estos dos espías que recibieron la ayuda de la persona menos esperada en un momento que todo parecía andar mal.

¿Te sientes solo? Te animo a que pruebes buscando la ayuda de Jesús. Tal como les pasó a estos espías, Él es esa persona que está ahi todo el tiempo aunque pensemos que no. Está más cerca que mandar un mensaje por WhatsApp, o contestar una historia en Instagram. Está a tan solo una oración, o un pensamiento de distancia. Pídele que sea tu ayuda en este momento de soledad, y tal como le sucedió a los espías, ese socorro va a llegar de la forma que menos lo esperas.