Cuando No EntendemosMuestra
Dios quiere que preguntemos
A veces pensamos que los cristianos debemos saber sólo lo poco que podamos entender y dejar lo que no sabemos como algo que nos será revelado algún día en la eternidad. Y aunque eso es completamente cierto, no lo es menos el hecho de que Dios quiere que le preguntemos, que mostremos deseos de saber, de comprender.
Recordemos el momento en el que Jesús les habla a sus discípulos acerca de lo que sucedería cuando ya Él no estuviera. Todos lo miraban con caras pasmadas porque no entendían nada y Jesús les dijo: “Pero ahora voy al que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas?” (Juan 16:5).
Por sus palabras podemos inferir que Jesús esperaba que ellos quisieran saber. Anteriormente, Jesús había hablado también de su partida y Tomás, confundido igual que los demás discípulos, le dijo: “Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?” (Juan 14:5). Y ahí se quedó, sólo con la expresión “no sabemos”.
Jesús, que nos entiende y tiene una inmensa paciencia con nosotros, aun cuando no le hicieron la pregunta que esperaba, tuvo la gentileza de explicarles. “Salí del Padre, y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo, y voy al Padre” (Juan 16:28). Era un suceso muy especial que solo entendieron en parte, y aunque todo el alboroto del arresto de Jesús y su subsiguiente juicio les confundieron, la verdad les había sido revelada y más tarde, esa verdad floreció en ellos.
Daniel, el profeta de Dios, indagaba, le preguntaba a su Señor, tenía sumo interés en entender, quería saber lo que con su mente no alcanzaba a comprender. Podemos leer en Dan. 10:12 las palabras que le fueron dichas mientras oraba. “Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido".
No seamos tímidos, preguntémosle a Dios, queramos saber. A nuestro amado Padre le agrada que mostremos interés en aprender, y entender. Él se reservará lo que no nos es dado conocer en este tiempo pero nos enseñará lo que quiere que aprendamos. La Palabra de Dios nos dice en Proverbios que el entendido busca la sabiduría. Y buscar, no es otra cosa que movernos a escudriñar, a estudiar, a querer saber. Preguntémosle a Dios con un corazón humilde pero ansioso de saber.
Cómo conformarnos cuando tenemos ante nosotros las riquezas de la Palabra de Dios, la obra del Espíritu Santo en nosotros y su guianza hacia la verdad. Seamos como los estudiantes que preguntan y siguen preguntando ávidos de tener respuestas claras a sus interrogantes.
Preguntemos como los que quieren rebasar la línea de su ignorancia: “hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento” (Col. 2:2-3).
Escrituras
Acerca de este Plan
Tenemos preguntas, y queremos entender. Es algo que nace de manera natural en el ser humano, queremos saber. Cuando se trata de asuntos trascendentales de la vida necesitamos ir a Aquel que nos puede dar las respuestas que necesitamos. Ni los más eruditos, ni los más ilustres, ni las obras literarias más célebres nos podrán dar el entendimiento que necesitamos para entender lo que no entendemos. Necesitamos a Dios.
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Nos gustaría agradecer a Grettchen Figueroa por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://facebook.com/grettchen.figueroa