Día 4 - Biblia

2 Timoteo 3:16-17 Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra.

La Biblia está llena de las palabras dichas por Dios. Estas mismas palabras hablaron para que toda la creación comenzara a existir. ¡Eso es poderoso! ¿No crees? La Biblia es un libro, en realidad, un conjunto de libros que fueron escritos por seres humanos que Dios inspiró. Cada porción de ella nos ayuda en nuestro andar con Dios.

Hay dos secciones dentro de la Biblia: el Antiguo Testamento, que trata sobre personas y eventos antes de que Jesús viniera a la Tierra, y el Nuevo Testamento que nos habla sobre el tiempo en que Jesús vivió en la Tierra y sobre la Iglesia primitiva. ¡Lo más importante que debes aprender de tu Biblia es que debe ser parte de ti! Hazla parte de tu rutina diaria.

Primero, encuentra una traducción de la Biblia que puedas entender. Algunos de las más comunes son Reina Valera 1960 (RVR60), Nueva Versión Internacional (NVI), Dios Habla Hoy (DHH), Nueva Traducción Viviente (NTV) o Traducción en Lenguaje Actual (TLA). Todas y cada una dicen lo mismo, con un énfasis, un enfoque o un formato diferente.

Después, descubre dónde comenzar. Una buena idea es leer los versículos del servicio del domingo anterior y volver a leerlas para entender mejor su contexto. Hay muchas formas que resultan ideales para leer la Biblia. Algunas aplicaciones te envían versículos o devocionales diarios que se enfocan en un tema en específico, incluso una guía de estudio para ayudarte a estudiar un libro de la Biblia. Aquí viene la parte divertida: prueba cosas nuevas y descubre qué te funciona mejor. Independientemente de cómo lo hagas, la clave es la constancia al leer.

Cuando leas tu Biblia, las preguntas que hagas marcarán una gran diferencia en lo que aprendas. Aquí te compartimos algunas preguntas que puedes usar mientras lees y así aprender cómo hacerlo:

• ¿Cómo diría esto en mis palabras?
• ¿Qué me dice este versículo acerca de quién es Dios?
• ¿Qué me dice acerca de quién soy?
• ¿Cómo aplicaré este pasaje a mi vida diaria?

Construye: Salmo 1:2-3, Romanos 15:4

Oremos – Amado Jesús, gracias por Tu palabra viva, por Tus Sagradas Escrituras que nos llevan a la vida y a la santidad. Crea en mí el deseo de conocerte más, muéstrame Tus caminos y ayúdame a vivirlos de forma práctica. En tu Nombre, Amén.