Testigos

“Pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes; y serán mis testigos, y le hablarán a la gente acerca de mí en todas partes: en Jerusalén, por toda Judea, en Samaria y hasta los lugares más lejanos de la tierra" (‭‭Hechos‬ ‭1‬:‭8‬).

La definición de un testigo es: Persona que presencia o adquiere directo y verdadero conocimiento de algo. No podemos ser testigos de Cristo si no adquirimos directo y verdadero conocimiento de su persona, de su presencia, de su Palabra, de Su Evangelio. Es un grave error intentar presentar, definir a alguien de quién no tienes conocimiento de manera directa. Necesitamos primero conocer a nuestro Señor Jesucristo para después darlo a conocer. Un testigo es alguien que tiene total seguridad de que lo que está diciendo es verdad porque lo vio y lo experimentó, pero no somos llamados a hacerlo sólo con nuestras palabras sino con nuestra forma de vivir también. El cristiano que es lleno del Espíritu Santo marca la diferencia a dónde va. Los demás pueden notar que hay algo diferente en él y cuando él habla, sus palabras tienen más peso porque su vida es un reflejo de lo que dice.

La palabra para testigos en griego, que es la lengua en que se escribió el Nuevo Testamento. significa Mártir. El primer mártir que encontramos en el Nuevo Testamento fue Esteban (Hechos 7:54-60). Un testigo del Evangelio de Jesucristo estará dispuesto a ser un mártir por la causa de Cristo, será una persona que será fiel a la verdad aunque le cueste la vida porque reconoce que su vida fue comprada por Cristo en la Cruz. La fuente que quita toda vergüenza, toda timidez, toda inmadurez, toda comodidad y hasta el miedo de morir para ser testigos eficaces es la llenura del Espíritu Santo.

Podemos ver que el Señor no le preguntó a Sus discípulos si querían ser sus testigos sino que fue una declaración sobre ellos. (Hechos 1:8) representa el deseo y la voluntad perfecta de Dios para nosotros: llevar el Evangelio, que no sólo transforma las vidas, sino que da vida; hasta que el último escuche.

¡Qué hermoso privilegio ser parte del plan de Dios para la humanidad! Seamos testigos de Cristo hasta cuando pasemos por las peores dificultades, seamos fieles bajo cualquier circunstancia porque no estamos solos. Jesús prometió estar con nosotros en medio de ellas a través de su Espíritu Santo.

Reflexiona/Acciona

1- ¿El Evangelio ha transformado tu vida? ¿Cómo?

2- ¿Has compartido con otros lo que Dios ha hecho en tu vida?

3- Ora y pídele a Dios que te use para compartir las Buenas Nuevas, primeramente con tu ejemplo y después con tus palabras.