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Pentecostés

DÍA 2 DE 7

La antesala para la llenura del Espíritu Santo

El Espíritu Santo hace y llena cómo Él quiere y a quién Él quiere. Podemos encontrar miles de testimonios de cómo cada persona que fue llena lo fue de forma diferente. Los discípulos siguieron las instrucciones de Jesús para recibir la promesa del Padre, instrucciones que igualmente aplican para nosotros en el presente.

  • Obedecieron: El Señor Jesús había resucitado como lo había prometido. Toda duda en los discípulos se disipó al ver con sus propios ojos al Mesías resucitado. Estaban dispuestos a seguir predicando sobre el Reino de Dios como lo habían hecho anteriormente (Lucas 9:1-2) pero las palabras del Señor fueron: “Quédense a esperar la promesa del Padre”.

    Aquí vemos la importancia de obedecer antes de actuar por emociones o impulso. Antes de comenzar algo para el Señor, por muy bueno que sea, preguntemos y seamos obedientes con lo que Él quiere que hagamos para ser más efectivos en la misión. La obediencia es una marca de que una persona ha nacido de nuevo. Los que aman a Dios guardan sus mandamientos (Juan 15:9-17).
  • Oraron: Los discípulos se reunieron en un lugar donde estaban todos juntos con el mismo sentir (Hechos 2:1-2). Todos estaban orando por una sola razón: recibir la promesa del Padre, aún sin saber cómo o cuándo lo iban a recibir, oraron con fe en obediencia al Señor.

    La oración es crucial para la llenura del Espíritu Santo. Aunque la oración muchas veces cambia el entorno, esta vez estaba cambiando su interior, algo iba a pasar dentro de ellos que cambiaría al mundo conocido. La oración no acelerará la venida del Espíritu Santo en nuestras vidas sino que nos mantendrá al paso de Dios y nos capacitará para ser parte de lo que el Padre está haciendo.
  • Esperaron: Los discípulos no sólo obedecieron y oraron sino que también esperaron para recibir la promesa. Las Escrituras no nos dicen cuánto tiempo estuvieron orando pero se estima que esperaron aproximadamente 10 días desde la ascensión de Cristo hasta el día del Pentecostés. Esto nos muestra que no siempre la promesa del Padre llegará rápidamente como queremos; sino que tomará el tiempo que Dios quiere que tome y es allí donde entra nuestra permanencia en la obediencia y la oración sobre esa promesa. Esto no quiere decir que tengamos que estar en nuestra habitación encerrados todos esos días sin hacer nada, solo orar. Al contrario, mientras esperamos la promesa seguimos testificando de Cristo y cuando Dios quiera seremos llenos con su Espíritu Santo.

Esperar en Dios vale la pena. ¿Estamos esperando y escuchando las instrucciones completas de Dios o nos estamos anteponiendo a Sus planes? Necesitamos el tiempo y el poder de Dios para ser verdaderamente eficaces.

Reflexiona/Acciona

1- ¿Tienes la llenura del Espíritu Santo en tu vida?

2- ¿Tienes la valentía para testificar de Jesucristo ante cualquier situación o ante cualquier persona?

3- La palabra de Dios enseña que Él dará al Espíritu Santo a todo el que se lo pida. ¿Estás pidiendo a Dios más de Su presencia?

Día 1Día 3

Acerca de este Plan

Pentecostés

En este estudio conocerás como nunca antes al Espíritu Santo y Su fascinante misión en el creyente: Formarte y darte el poder para ser testigo de Jesús desde tu hogar hasta lo último de la tierra. Nuestra oración es que este plan sea de utilidad para una relación fresca, genuina y real con el Espíritu Santo. Desarrollado por el equipo de la Iglesia Northwood

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Nos gustaría agradecer a Iglesia Northwood por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesianorthwood.org/