¿Bailamos en El Primer Amor?Muestra

Las aventuras son para siempre

Hay formas hermosas y buenas de vivir la soltería, pero somos nosotras quienes decidimos cómo y qué actitudes tomar en el proceso, ya sea que nos demos cuenta de que es una temporada permanente o de que, simplemente, es la sala de espera de Dios, hasta que pase lo que tenga que pasar. Por ello, desde muy chiquitas tenemos sueños y anhelos muy profundos que, ciertamente, esperamos que en algún momento se cumplan en nuestras vidas, independientemente de si seguimos o no solteras.

Esos sueños que llevamos dentro son puestos por Dios en nuestro corazón a fin de que cumplamos lo que Él dispuso para nuestras vidas. A veces pensamos que ese sueño es muy grande e imposible de realizar, o que lo voy a cumplir únicamente estando al lado de otra persona, pero la realidad es que no. Cada persona tiene un propósito, una visión y una misión independiente que, en la mayoría de los casos, se complementa con la de otra persona. Pero el enemigo es tan astuto que nos hace creer que, si no conseguimos una pareja, nunca haremos de esos sueños una realidad visible o que nunca va a pasar porque es demasiado grande. Es hora de que nos despertemos y le pidamos al Espíritu Santo discernimiento y sabiduría a fin de tomar buenas decisiones.

La vida con Dios está llena de aventuras porque se trata de altos y bajos, caídas con golpes muy fuertes, levantarse y volver a soñar. La verdad es que no es el camino más fácil porque, a veces, nos encontramos frente a un gran precipicio y no sabemos cómo seguir o avanzar hacia esos sueños, tenemos una incertidumbre horrible, pero, más allá de eso, tenemos fe. La fe de que Dios no cambia y es fiel, la fe de que todo pasa, la fe de que no estamos solas, la fe de que aún en el valle más denso encontramos piedras preciosas que nos ayudan a llegar a la meta; la fe de que lo eterno vale mucho más, la fe de que, aunque no vea o no lo sienta, Dios sigue siendo bueno y está trabajando, incluso en el silencio.

Aprender a vivir con lo simple y tirarse de lleno a una vida con Dios, eso es lo lindo de la soltería. Que una persona nos pueda complementar y ayudar en el camino puede ser divertido, pero, más que nada, la aventura está ahí con Dios. Si ahora estando soltera no aprendo a depender de Dios, no disfruto de quién soy en Él ni de lo que hago, no vivo para lo que Él me llamó o, lo que es peor, simplemente, espero a que otro haga lo que debería hacer yo, déjame decirte que nos estamos perdiendo la aventura más emocionante jamás contada.

Los sueños de Dios trascienden nuestro mundo, como también la manera en que pensamos. Estos sueños son muy grandes y, a veces, parecen ser algo imposible; esto nos incomoda, pero a la vez nos emociona, nos devuelve el sentido de vida y nos genera gozo, porque no se trata solo de nosotras, de lo que hagamos o lo rápido que lleguemos a cumplirlos, sino que se trata de Dios y de lo que Él desea mostrarnos, enseñarnos, hablarnos en el camino, como también de la persona en quien nos convertimos.

Todas queremos ser felices, sentirnos bien y disfrutar del camino. Sí, a veces se siente feo y queremos a alguien más que nos acompañe, pero hasta ese entonces no dejemos de mirar y enfocarnos en lo que realmente importa y en quién realmente encontramos plenitud.

Reflexiona

• Sea cual sea el sueño que llevas dentro, ¿realmente Dios se encuentra allí?
• ¿Estás dispuesta a vivir una aventura emocionante con Dios?

PD: ¡Únete a nuestro devocional diario "Un Milagro Cada Día " y descubre el valor y propósito de la soltería! Independientemente de tu edad, te invitamos a ver la soltería como un regalo de Dios para crecer espiritual, emocional y físicamente. Acompáñanos en este plan y experimenta cómo cada día puede ser un milagro en tu vida. ¡Gracias a Abigail Medina por escribir este devocional! Más sobre ella aqui…