Derribando las mentiras de la ansiedad

La ansiedad nos miente. Nos hace sentir incómodos en nuestro propio cuerpo, nos llena de miedo y vergüenza, y nos aísla. Como un abusivo en el patio de la escuela, nos atormenta diariamente diciéndonos cosas como, Dios no se preocupa por ti, el desastre es inevitable, no puedes escapar y no puedes confiar en nadie.

La ansiedad no está enraizada en la verdad. Una mente ansiosa es una mente que ha caído en mentiras sobre uno mismo; sobre tus circunstancias, tu futuro y sobre Dios. Esas mentiras se disfrazan en nuestra imaginación y pueden parecer escenarios realistas.

Pero podemos combatir las mentiras de la ansiedad con la ayuda del Espíritu Santo y el poder de las Escrituras.

Permite que las verdades de la Palabra de Dios reordenen tus pensamientos para que puedas experimentar mayor libertad y gozo. Aquí tienes cuatro verdades que puedes aceptar hoy:

• Dios me ama y le importo. ¿Crees que Dios te ama incondicionalmente? ¡Así es! Dios te ama muchísimo y le importa lo que te sucede. Él quiere ser tu lugar de seguridad y refugio. Al comprender y aceptar el amor de Dios por ti, el miedo dejará de atormentarte, porque en el amor no hay temor; el amor perfecto echa fuera todo temor (1 Juan 4:18).
• Dios está en control. La ansiedad surge cuando no podemos controlar nuestras circunstancias y olvidamos confiar en Dios. Pero Dios es soberano y gobierna con sabiduría. A pesar de las apariencias, podemos confiar en que Dios está en control y que nunca deja de prestarnos atención (Salmo 121:4).
• Dios nunca me abandonará. La ansiedad quiere hacernos creer que estamos solos en nuestras dificultades. Pero Dios promete que no nos dejará ni nos abandonará (Deuteronomio 31:6). En cualquier situación que enfrentemos, Él está con nosotros en cada paso del camino. Saber que Dios está siempre contigo y que no hay nada que tengas que enfrentar solo, te traerá paz.
• Dios tiene en cuenta mi bien. Al enfrentar circunstancias difíciles, podemos sentir la tentación de creer que Dios no está de nuestro lado. Si Dios está a mi favor, ¿cómo permite que me sucedan cosas malas? Pero las Escrituras nos recuerdan que Dios siempre trabaja para el bien de todos los que lo aman (Romanos 8:28). Dios es bueno y su naturaleza es ser bueno contigo. Incluso cuando las circunstancias no parecen cambiar, Dios sigue trabajando en ti para producir fe, esperanza y confianza en cada tormenta de la vida.

Oración de hoy:

Señor, sé que me amas y te importo, así que hoy comienzo a liberarme de la preocupación. Mi confianza en ti está creciendo. Aun cuando las cosas son inciertas, pondré mi esperanza en ti y en tus buenos propósitos para mi vida. Ayúdame a romper los patrones de pensamiento falsos y guíame en tu camino de verdad. En el nombre de Jesús. Amén.