Ansiedad y soledad

Uno de los resultados destructivos de la ansiedad es convencerte no solo de que estás atrapado en una situación sin esperanza, sino de que estás solo en tu miedo. ¡No es verdad! Ayer vimos lo común que es la ansiedad. Sin embargo, aún somos tentados a aislarnos cuando la ansiedad ataca. Mantenemos pensamientos como No quiero cargar a nadie con mis problemas. ¿Qué pensarían de mí los demás si les cuento mis luchas?

Pero la soledad solo empeora las circunstancias difíciles. No estás destinado a enfrentar los problemas de la vida solo.

Jesús nos da un hermoso modelo para confrontar el miedo y la ansiedad en Marcos 14:32-42, al acudir a Dios—y a otros—en el momento más difícil de su vida. En la víspera de su crucifixión, mientras Jesús ora en el Jardín de Getsemaní, se siente profundamente angustiado y preocupado. Y recurre a sus amigos. Les habla a Pedro, Santiago y Juan sobre su tristeza y les pide que se queden con él. También se dirige a Dios en oración.

Jesús muestra que recurrir a otros en momentos de ansiedad no solo está bien, sino que es necesario. Si el Hijo de Dios buscó apoyo en su hora de mayor necesidad, ¿cuánto más necesitamos conectarnos con Dios y con otros en nuestra ansiedad?

Cuando te sientas ansioso, recurrir a un amigo puede ayudar. Una voz amable o un mensaje de texto reconfortante puede ayudar a detener la situación. La presencia de otra persona, aunque sea a través de la tecnología, puede marcar la diferencia.

Incluso cuando no tenemos a un amigo a quien recurrir, la Biblia nos asegura que Dios siempre está presente. Él espera pacientemente que busquemos su ayuda: “Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza; siempre está dispuesto a ayudar en momentos de dificultad” (Salmo 46:1 NTV).

Aquí tienes algunos pasos de acción para permitir que otros puedan ayudarte en momentos de ansiedad.

• Lee el Salmo 94:18-19. ¿Qué puede hacer Dios cuando estás ansioso?
• ¿Cómo te ayuda el tener a alguien cerca? ¿De qué manera has sentido el amor de Dios en tiempos de ansiedad? ¿Tienes a alguien a quien sueles acudir cuando estás ansioso y solo?
• ¿De qué manera te acercarás a Dios con tu ansiedad? ¿Cuál es tu expectativa?

Oración de hoy:

Señor, estoy ansioso y solo. Necesito tu consuelo. A medida que te expreso mis tristezas, acércate a mí. Por favor, asegúrame que nunca me abandonarás cuando más te necesite. Y Dios, ayúdame a encontrar una comunidad de apoyo. Enséñame a ser abierto y vulnerable para que pueda recibir la ayuda que necesito. En el nombre de Jesús. Amén.