Abuso espiritual, el infiltrado, sé libreMuestra
Sé libre
El segundo propósito de este Plan es que, a través de la verdad revelada por la Palabra, las personas que han sufrido abuso espiritual puedan encontrar el camino que traza el poder de la Palabra hacia la libertad, el perdón y la sanidad que los reafirmará en la voluntad de Dios y en Sus propósitos.
Cuando empiezas a identificar y comprender que has tolerado el abuso espiritual, te puede resultar confuso entender y aceptar que realmente estuviste sometido de manera muy sutil a determinadas formas de maltrato; siendo más difícil aún, reconocer que quienes ejercieron ese maltrato son personas a las que de cierta forma tenías como un referente de la manifestación de Dios, por la Palabra que predicaban, por las experiencias compartidas, por el amor que les tienes, porque los sigues viendo como hermanos, etc.
Realmente es muy doloroso abrir los ojos a esta realidad; el abuso espiritual sí existe dentro del cuerpo de Cristo, es inevitable ocultarlo. Sin embargo, en lo que nos debemos enfocar en una situación como esta, es en lo que nuestro Padre nos quiere enseñar y en cómo se quiere manifestar en nuestra vida. Una de sus manifestaciones es a través de la libertad que trae la Palabra.
Jesucristo nos dio libertad para siempre. La única forma de esclavitud a la que nos hace bien someternos es a la esclavitud que por amor ejercemos hacia Él, nuestro Salvador y Redentor; quien nos hizo esclavos de su amor. Leé bien: de su amor. Somos esclavos, no del abuso ni del maltrato, sino del amor; del amor verdadero que está expresado y manifestado en Jesucristo.
Quiero aterrizarte en esta verdad: tú eres hijo de Dios, fuiste sellado con Su Espíritu como garantía de la salvación y la vida eterna que has recibido por medio de Jesucristo. El Espíritu Santo es la cobertura que te guiará en poder y en verdad hacia el camino que debes seguir, para que puedas avanzar en la voluntad y en los propósitos que Dios trazó para ti desde antes de la fundación de este mundo.
Puedes sentirte solo, pero no lo estás. Puedes quizá ver que todos se fueron y te abandonaron, pero Dios no lo ha hecho ni lo hará jamás. Puedes tener temor por las maldiciones que inescrupulosamente han lanzado en tu contra, pero ninguna de ellas te alcanzarán porque Dios ha determinado bendecirte, y no dejará de hacerlo. Su pacto contigo no se rompe jamás; eres suyo. Él se encargará de mostrarte hacia dónde debes ir, qué debes hacer y cómo debes hacerlo. Mantente firme en la autoridad y en la identidad celestial que tienes. Eres hijo de Dios; compórtate como tal. No des lugar al temor y enfrenta, con la sabiduría de lo alto, todo lo que estás viviendo. Busca ayuda con personas que tengan temor de Dios. Investiga, lee y escudriña la Palabra. Busca, antes de cualquier cosa, ayuda en la presencia del Padre; clama por Su dirección, Él no te dejará sin respuesta. Asegúrate de permanecer en comunión con Él y con Su Hijo Jesús; ora, clama, escudriña Su voluntad. No te rindas, no bajes la guardia; confía en Su Palabra y mantente firme en el fluir de Su Espíritu. Deja que Él se encargue del resto.
Algo sumamente importante: a aquellos que te lastimaron de cualquier forma PERDÓNALOS. No des lugar al odio ni a la amargura, míralos con amor y bondad, como Dios te está mirando a ti en estos momentos. No pagues mal por mal, no busques vengarte; ten presente que de cierta forma, Dios está usando todo esto para revelarse en tu vida, para enseñarte y capacitarte, para que crezcas en el carácter de Cristo y para que asumas con convicción la identidad de hijo que te hado.
¡Sé libre! Tienes el poder de Dios, tienes el poder de la Palabra para romper toda cadena de abuso. Corre hacia la libertad que te ha entregado Jesucristo y afírmate en Su amor. Deja de creer en voces enemigas que atentan contra la voluntad que Dios ha cumplido y quiere seguir cumpliendo en ti. Eres suyo, jamás podrás escapar de Su amor.
Acerca de este Plan
Es triste, pero la realidad de algunos cristianos hoy es que están siendo víctimas de abuso espiritual sin ser conscientes de ello. Se están enfermando y están siendo confundidos llegando incluso a dudar de su identidad como hijos de Dios. Este Plan es un camino a la libertad, al perdón y a la sanidad que solo por Jesucristo puede recibir alguien que pueda estar pasando por esta situación.
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Nos gustaría agradecer a Marysela Ocampo O. por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.facebook.com/confiadosenJesucristo