Claves para un gozo sinceroMuestra

Razones para regocijarse

A lo largo de nuestras vidas, dedicamos nuestro tiempo a hacer cosas y no entendemos por qué las hacemos. Muchas de ellas son cosas que nos llevan a cubrir nuestro papel que desempeñamos o la posición que tenemos como empleados, padres, hijos y jefes en la vida cotidiana. Es común que cuando se les pregunta por qué han elegido su trabajo actual, por qué siguen saliendo con esos amigos tóxicos o por qué no hacen los cambios necesarios en su dieta, las personas suelen responder: «No lo sé».

Cuando entendemos que el Señor nos está invitando a regocijarnos y no sólo a pensar que debemos alegrarnos, la idea de gozo adquiere un significado diferente. Entonces tenemos una visión del corazón de Dios para nosotros. Vemos cómo el gozo es parte de su propósito para nosotros como sus hijos. Descubrimos que cuando nos gozamos lo estamos glorificando en nuestra vida diaria. Nuestro gozo nos ayuda a permanecer en la posición que nos permite escuchar su voz y obedecerle.

De la Biblia, podemos ver que hay al menos tres grandes razones importantes para regocijarse.

Nos regocijamos porque confiamos en el Señor. En el libro de los Salmos, David nos habla. La Palabra de Dios es verdadera y él cumplirá todo lo que se habla en ella. Esa es una de las razones que debería alegrarnos, nos regocijamos porque sabemos que tenemos seguridad en él y podemos confiar en él. No hay nadie más en todo el universo en quien podamos confiar de la manera en que confiamos en Dios. Cada letra de su Palabra se cumplirá, ¡y eso es una gran noticia!

Otra gran razón para regocijarse es porque su justicia se aplica a nosotros. Nos regocijamos de que Dios ama la rectitud y la justicia y que las aplicará en la tierra. Al buscarlo con un corazón humilde, podemos confiar en que él estará a nuestro favor gracias a la obra de Jesucristo en la cruz y su resurrección. ¡Esta es una gran noticia!

Finalmente, nos gozamos porque nada puede separarnos del amor de Dios. Podemos regocijarnos al conocerlo y al saber que somos salvos y aceptados, que él vino a nuestra vida en el momento adecuado, y que no hay nada que pueda separarnos de él. Él está en todas partes, pero la tierra también está llena de su amor porque manifestamos su amor y hacemos una diferencia en el mundo. Cuando los cristianos salen y brillan en el amor de Jesús y se regocijan, se llena la tierra con su amor.

Señor, ayúdame a regocijarme en ti todos los días, a brillar donde estoy, y a mostrar tu amor y gozo en cada momento porque tienes un plan para mí y para los que me rodean. En el nombre de Jesús, amén.

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