Claves para un gozo sinceroMuestra

Una nueva canción

Un aspecto de la naturaleza de Dios es que él es el Creador. Él creó nuestro planeta de lo que no existía, y del polvo dio vida al primer hombre. La Biblia dice que con su palabra Dios creó todo lo que conocemos. Él quiere hacer nuevas todas las cosas, tal como Jesús dijo en el libro de Apocalipsis.

Lo primero que Dios hace nuevo es nuestra naturaleza, lo hace en el momento en que lo recibimos como nuestro Salvador. La Biblia dice que somos transformados en nuevas criaturas, que él nos da una nueva relación con él y un nuevo corazón. Él nos da la oportunidad de un nuevo comienzo, una nueva forma de hacer las cosas y una nueva forma de vivir. Las misericordias de Dios son nuevas cada mañana.

El cambio que Dios hizo en tu naturaleza se refleja en todo lo que hacemos, en cómo vivimos. Por lo tanto, mantener nuestros ojos constantemente en Jesucristo nos permite tener nuevas canciones, canciones frescas que provienen de la nueva visión que Dios nos da de lo que nos rodea y siempre ha estado allí.

A medida que mantenemos nuestra relación con Dios, día a día vemos cómo cambiamos y nunca somos igual que el día anterior. Podemos reconocer lo que él hace con nosotros para llenarnos de creatividad y oportunidades.

El hábito de hacer las cosas de la misma manera puede traer desgaste a las relaciones. La monotonía envejece las relaciones y las condena a morir. Por lo tanto, leemos en el Antiguo Testamento que cuando Dios proveyó a los israelitas con maná durante su estancia en el desierto, no pudieron almacenar maná para el día siguiente. Dios quería mantener la fresca maravilla de este milagro ante su pueblo. Cada mañana, tenían que reunir lo que usarían para el día. La única vez que guardaban el maná un día extra era el día antes del sábado, para que el pueblo de Dios pudiera enfocarse solo en él (Éxodo 16: 4-5).

Dios busca tener una relación con nosotros que siga moviéndose, donde haya cambios y cosas nuevas para experimentar y compartir. Debemos salir diariamente a recoger nuestro maná, en una relación que se nutre día a día, en la que le permitimos hacer cosas nuevas en nosotros y mostrarnos cosas nuevas sobre él. Para tener un regocijo sincero, debemos mantener ese anhelo de novedad en él.

Señor, quiero que hagas algo nuevo en mí. Dame una nueva palabra, un nuevo sueño, una nueva visión. Dame una nueva persona para acercarla a ti o animarla en ti. Déjame saber algo más acerca de ti; dame una nueva canción que me mantendrá fresco y perdurable en ti.