Las Palabras De La CruzMuestra

La palabra de la compasión.
«Mujer, ahí tienes a tu hijo», y al discípulo: «ahí tienes a tu madre» (Juan 19:26).

Meditación.

Algunos meses antes del Gólgota, Jesucristo llegó a la ciudad de Nain; una viuda desconsolada acompañaba la procesión del cuerpo de su único hijo, porque lo llevaban a enterrar. Su único hijo, sustento y su única compañía estaba por ser sepultado. “¿Qué voy a hacer?... ¿Qué será de mí? ...” Seguramente fueron los pensamientos de la viuda. Pero mientras la “muerte” salía de la ciudad, la “vida” venía entrando a ella.

Jesús interrumpió el cortejo que salía de la ciudad, al ver la aflicción de la viuda, tuvo compasión de ella, resucitó a su hijo y se lo devolvió a su madre. Quizás Jesús colgando de la Cruz vio la misma aflicción en el rostro de Su propia madre. ¿Qué palabras de consuelo podía darle? ¿Qué esperanza podía comunicarle a María? El Evangelista registró la advertencia del mensajero en la anunciación a María. “Esto será para ti como una espada que te atravesará el alma” (Lucas 2:35) Para entonces todo indica que María también era una viuda, y aunque tenía más hermanos, Jesús le dejó al cuidado del joven discípulo llamado Juan y al mismo tiempo le dio a su madre otro hijo al que deberá cuidar.

El hijo que cuidó María por encargo del Padre Celestial estaba en agonía, pero como su primogénito, Jesucristo no descuidaría a su madre. Jesús posteriormente resucitaría, esa esperanza había puesto junto con su vida en las manos de su Padre. Resucitará; sí, pero no para regresar al hogar de su madre terrenal, sino para ascender al hogar de su Padre celestial.

Oración. Señor, dame la gracia de mostrar el amor de Dios primero a los de mi propia casa, ayúdame a mostrar la misma compasión que Jesús mostró en la cruz por sus seres queridos. Que yo también les pueda mostrar el amor de Dios. En Cristo Jesús, amén.

Pensamientos.

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