JordánMuestra

Pasaje Central: Juan 18: 36

“Jesús le contestó: —Mi reino no es de este mundo. Si lo fuera, tendría gente a mi servicio que pelearía para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi reino no es de aquí".

¿Te has sentido raro alguna vez con otras personas? ¡Es normal! El Reino al cual pertenecemos no es de este mundo. Nuestra identidad no se encuentra con las modas o las tendencias que podamos encontrar ahora; sino en Jesús y Su Reino de los Cielos.

Lo que es raro para los del mundo, debe ser lo normal para nosotros y viceversa. Sin embargo, a veces es difícil hacer ese cambio siendo que nacimos en este mundo, lo que también dificulta cambiar ciertas conductas terrenales para apropiarnos al cien por ciento de la identidad Celestial. Sin embargo, debemos acostumbrarnos al lenguaje de Reino, es decir cambiar nuestra forma de hablar y de pensar porque lo que pensamos lo terminamos hablando. Además, debemos cambiar nuestras acciones, comportarnos como hijos del Rey.

Nuestro contexto y nuestra rutina diaria puede mermar la identidad que el Espíritu nos quiere dar. La cotidianeidad de las cosas puede hacer que descuidemos comportarnos como ciudadanos del Reino. Es por eso que, todos los días debemos pedirle a Dios ver Su sobrenaturalidad y hallarla en la naturalidad de nuestro trabajo, familia, etc. Todos los días es un día para que Él se manifieste y glorifique, es decir, un día para traer el Reino que no es de este mundo a la tierra.

Mientras para el mundo son raros los milagros y las manifestaciones, para nosotros debe ser el pan de cada día. Debemos desacostumbrarnos de lo que el mundo ve como “normal” y llamar a lo sobrenatural lo normal para los hijos de Dios.

No te preocupes si te has desacostumbrado al Reino de los Cielos, ¡no es pecado! Sin embargo, es tiempo de recapacitar nuestro lenguaje y acciones y clamar por traer el Reino de los cielos.