JordánMuestra

Pasaje Central: Juan 16: 7

“Pero les digo la verdad: es mejor para ustedes que yo me vaya. Porque si no me voy, el Defensor no vendrá para estar con ustedes; pero si me voy, yo se lo enviaré".

Pareciera como si en este pasaje de la Biblia, Jesús se comienza a deslindar de Sus discípulos. "Chau, chau", dice Jesús. "Me voy a un lugar donde no les puedo decir y ¿adivinen qué? ¡tampoco me pueden acompañar!".

En ese momento, me imagino que pudo haber sentimientos encontrados entre los discípulos por perder aquello en lo cual habían creído 3 años de su vida y por lo cual habían renunciado a todo. No hacían sentido las palabras de Jesús; no estaban de acorde a lo prometido. ¿Cómo que les convenía que Él se fuera?

Si Pedro mismo dijo capítulos previos que a quién irían sino solo a Él (Juan 6:68). Estos pescadores no tenían a nadie más en quien confiar y esa única persona ahora se les iba.

Si bien es cierto que nadie puede hacer lo que Dios hace, hay una fuente de poder que nos da la misma autoridad que Jesús. Por eso los creyentes usan “en el nombre de Jesús”, pues en representación de Cristo hacemos lo que hacemos.

Sin embargo, decir “en el nombre de Jesús” no es suficiente si no contamos con Su Espíritu.

La razón por la cual les convenía a los discípulos que Jesús partiera era porque la única forma en que obraran igual que Cristo era a través de ese Ayudador.

Hoy en día, nos conviene utilizar esa fuente de poder que el Hijo nos dejó. ¡Te conviene involucrar al Espíritu en tu día a día! ¡Te conviene meterlo en tu familia! ¡Te conviene presentarlo a tus hijos! ¡Te conviene buscarle todos los días! Porque esa es la forma en que el Hijo se manifestará

¿Estás preparado para buscar al Ayudador?