Escudriñad Las EscriturasMuestra
“Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio" (Joel 2:23 RVR60).
Como creyentes, lo hemos estado leyendo en la Palabra y lo hemos escuchado desde el púlpito durante años. Hemos estado mirando hacia el cielo durante tanto tiempo, esperando que llegue. Hemos tenido esta imagen mental de Dios derramando Su Espíritu desde una especie de gran lluvia celestial sobre nosotros.
Se acerca una inundación espiritual. Dios lo ha prometido. Él nos ha prometido un derramamiento del poder del Espíritu Santo que traerá la mayor cosecha de almas que cualquiera de nosotros haya visto.
¿Pero sabes que? Hemos estado pensando en que ocurrirá como una gran tormenta.
Los cántaros o vasijas, que Dios usará para derramar Su poder están aquí en la tierra. Jesús lo explicó de esta manera:
“El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva" (S. Juan 7:38 RVR1960).
El diluvio del tiempo del fin que todos estámos esperando estará compuesto de aguas vivas que brotarán de los creyentes. El Espíritu Santo dentro de nosotros será la fuente de todas las señales, prodigios y milagros que predijeron los profetas. Y cuando comencemos a orar fervientemente la oración de intercesión, el torrente de ese poder comenzará a fluir.
“Pedid a Jehová lluvia en la estación tardía. Jehová hará relámpagos, y os dará lluvia abundante, y hierba verde en el campo a cada uno" (Zacarías 10:1 RVR1960).
Nuestras oraciones, nuestra intercesión, es lo que liberará el gran derramamiento del Espíritu de Dios. A medida que comenzamos a unirnos y clamar a Dios, los ríos de agua viva dentro de cada uno de nosotros se unirán y se convertirán en una inundación de poder espiritual en la tierra.
Gracias a Dios que tú y yo podemos provocar esa lluvia.
Iglesia La Embajada.
Escrituras
Acerca de este Plan
El modo de saber si lo que alguien dice de Dios es cierto, es escudriñar las Escrituras para ver si esto es así. Nada que no cuente con el testimonio de las Escrituras se puede considerar como verdadero. Esto es una de las mejores prácticas que podemos asumir como creyentes. Sabemos que es un mandato del Señor. Pero hoy, cuando la tecnología nos inunda y las actividades del día a día nos agobian, nos excusamos en la gracia de Dios y lo pasamos por alto. Esta negligencia nos ha conducido más y más a la impiedad.Tanto que algunos cristianos, consciente o inconscientemente, ante cualquier problema por pequeño que parezca recurren primero a las los hombres antes que ir al consejo perfecto y eterno de Dios.
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Nos gustaría agradecer a Julio Arboleda por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesialaembajada.org/