Escudriñad Las EscriturasMuestra
“Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra” (2 Corintios 9:7-8 RVR1960).
Algunas personas dicen que debes "dar hasta que duela". No lo creas. Dios no quiere que los regalos se den con dolor. ¡Quiere obsequios con gozo! De hecho cuando dio a Su Hijo Jesucristo, lo dio por amor.
Es por eso que añadió Su promesa de abundancia a Su mandato de dar con alegría. Los dos están conectados.
Dar alegre, lleno de fe, es la llave que abre las puertas del tesoro de Dios. ¿Alguna vez has visto a un grupo de personas dar de esa manera? Nunca lo olvidaré. Estuve en una conferencia en el Madison Square Garden, hace varios años, y esa imagen de lo que vi, aun la recuerdo: Mientras el predicador hablaba, las personas se levantaban, de sus sillas y caminaban por los pasillos y dejaban dinero en la tarima. Y daban voces de júbilo por el mensaje, que estaban escuchando. No era el momento de la ofrenda. Y eso fue lo que me sorprendió.
Esa manera de ofrendar, no fue extraída de ellos como un dentista extrae dientes. Fue presentada con alegría.
El concepto de dar hasta que duela no viene de Dios. Preferiría que le dieras 10 dólares con ese tipo de alegría que 20 dólares a regañadientes.
Si alguna vez has dado con esa actitud. Ora y arrepiéntete por los tiempos que has dado a regañadientes. Luego, pasa un tiempo serio con Dios y Su Palabra en tu lugar de oración, para que cuando vuelvas a dar, puedas hacerlo con un corazón dispuesto.
Sé un dador alegre.
Iglesia La Embajada.
Escrituras
Acerca de este Plan
El modo de saber si lo que alguien dice de Dios es cierto, es escudriñar las Escrituras para ver si esto es así. Nada que no cuente con el testimonio de las Escrituras se puede considerar como verdadero. Esto es una de las mejores prácticas que podemos asumir como creyentes. Sabemos que es un mandato del Señor. Pero hoy, cuando la tecnología nos inunda y las actividades del día a día nos agobian, nos excusamos en la gracia de Dios y lo pasamos por alto. Esta negligencia nos ha conducido más y más a la impiedad.Tanto que algunos cristianos, consciente o inconscientemente, ante cualquier problema por pequeño que parezca recurren primero a las los hombres antes que ir al consejo perfecto y eterno de Dios.
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Nos gustaría agradecer a Julio Arboleda por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesialaembajada.org/