Todo es por Él

Encontrarme con Jesús el año pasado ha sido una nueva experiencia de vida para mí, un nuevo camino para conocerlo mejor, vivir en su fuerza y gracia abundante y, dejar que el Espíritu trabaje a través de mí en lugar de esforzarme por mi propia cuenta.

Sin embargo, esta nueva forma es en realidad volver al pasado, es volver a la bendición fundamental de lo que significa caminar con Jesús.

He encontrado este esquema en la vida de Jesús, uno que nunca antes había visto de esta manera.

Él dice: Yo soy el pan de vida.

Él es el pan de vida, no nosotros.

Él dice: Yo soy la luz del mundo.

Él es la luz, no nosotros.

Él dice: Yo soy el camino, la verdad.

No nosotros.

Él es suficiente, no nosotros.

He vivido con tanta sed porque creía saber dónde estaba el agua. Creí que estaba en medio de esas exigentes expectativas que me demandaban un dominio de mis recursos internos. Estaba tratando de ser el pan, la luz, la vida y la suficiencia, y al parecer, nunca lo conseguí.

Pero lo que creí que había sido una gran decepción, fue en verdad la mayor misericordia que Dios me ha mostrado jamás. Verás, nosotros rara vez vamos a beber a menos que tengamos sed. Sentir esa sed es uno de los mayores regalos que Dios nos da, reconocer que lo necesitamos, es el comienzo de nuestro encuentro con Él.

Todo lo que anhelamos se encuentra en abundancia en Jesús…

Podemos experimentar la verdadera plenitud, porque Jesús es suficiente.

Podemos vivir conectados con Él y con los demás, porque Jesús es suficiente.

Podemos descansar, porque Jesús es suficiente.

Podemos arriesgarnos por su gloria, porque Jesús es suficiente.

Podemos cambiar el miedo por la esperanza, porque Jesús es suficiente.

Podemos abrazar la gracia, porque Jesús es suficiente.

Podemos vivir nuestro verdadero llamado, porque Jesús es suficiente.

Puedes escoger vivir en esa corriente desbordante de su suficiencia. ¿Lo elegirás a Él en lugar de vivir a la deriva y perdido en la vida, sin tener un respiro?

No podemos salvarnos a nosotros mismos, sin embargo, esta historia tiene un héroe.

¿Dejarás que Él te salve?