BENDECIDOSMuestra

Bendecidos para producir.

Cuando hablo de producir no me refiero al sentido empresarial o laboral del término; sino más bien, al equivalente o sentido de dar fruto, es decir, tener vidas fructíferas para el Señor y para los demás. Para poder producir estos frutos a través de la prosperidad que Dios nos da, hay tres factores que debes identificar muy bien.

En primer lugar, identificar “lo que eres”, es decir, ¿quién eres realmente? Porque nuestra identidad como hijos de Dios no debería radicar en una identidad consumista ni de ostentación, como nos ha hecho creer el mundo actual. Haz un balance honesto y sincero sobre quién eres realmente en tu relación con el dinero. ¿Estás tú manejando al dinero o el dinero te está manejando a ti al punto de cometer cualquier tipo de maldad para obtenerlo?

En segundo lugar, es necesario identificar “lo que tienes”, porque aunque quizás pienses que tu cuenta bancaria está en números rojos tienes mucho que darle al Señor y, ya sea poco o mucho, todo lo has recibido gracias a Su misericordia.

Cuando Moisés iba a iniciar su ministerio dado por Dios, él se sintió solo y sin recursos, pero Dios le recordó que tenía algo a la mano (Éxodo 4:2) que podía usar para manifestar la gloria y el respaldo de Dios sobre su vida.

Siempre hay algo que tienes que Dios te ha dado para producir fruto en los demás. ¿Qué es lo que tienes en tus manos en este momento que puedas darle al Señor y a los demás? No te concentres solo en lo material, recuerda que Dios te ha prosperado integralmente.

Y, por último, para producir fruto, identifica “lo que haces". ¿Quién te ha dado la fuerza, inteligencia y las habilidades para hacer lo que haces? Las fuerzas y capacidades que tienes provienen y son gracias al Señor, y esas mismas son las que utilizamos para generar ingresos para nuestros hogares en cualquier que sea nuestra área de trabajo.

Recordar siempre estos tres factores erradicará de tu mente la idea errónea que nos vende la sociedad de que tu prosperidad depende únicamente de ti mismo y que solo es para tu propio bienestar personal.

Te invito a que hagas una lista de todos los frutos que puedes dar con los bienes materiales, los recursos y los talentos que Dios ha puesto en tus manos hoy mismo y que reconozcas la soberanía de Dios sobre todos ellos.