El Evangelio según PabloMuestra
Podemos vivir en esperanza, no en miedo
Aunque la ley y la gracia operan con el mismo estándar moral, la escatología de la gracia, la cual nos enseña sobre las cosas venideras, es infinitamente más brillante que la escatología de la ley. Ciertamente, el futuro eterno de aquellos bajo la gracia sólo contiene gloria interminable y bendiciones. Pero lo único que depara el futuro para quienes se mantienen bajo la ley es muerte y eterna maldición.
Esta es la diferencia fundamental entre ley y gracia. La ley no promete a los pecadores otra cosa que la garantía del juicio. Para los que permanecen bajo la ley, el retorno de Cristo señalará el derramamiento del juicio venidero, lo cual es una aterradora posibilidad. Pero la gracia salvadora de Dios nos enseña a "aguardar la bendita esperanza, es decir, la gloriosa venida de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo". La ley amenaza juicio y declara una sentencia de muerte. La gracia concede perdón y promete bendiciónes eternas. La ley señala al pasado del pecador, llenando su corazón acusado con miedo y culpabilidad. La gracia señala al futuro del creyente llenando su corazón perdonado de gratitud y esperanza.
La diferencia no podría ser más rígida; lejos de atraernos hacia una pasividad apática que elimina nuestro deseo de ser y hacer lo bueno, debe motivarnos a alcanzar santidad con toda nuestra pasión y energía. Después de todo, Cristo murió para "rescatarnos de toda maldad y purificar para sí Su pueblo especial, celoso por hacer buenas obras".
La gracia produce un rechazo santo al pecado en el creyente verdadero. Llena nuestros corazones y mentes con un sagrado disgusto por todo lo que deshonre a Dios. Aunque nuestra carne todavía es susceptible a los incentivos del pecado, en lo más recóndito de nuestro ser "aborrecemos el mal". De hecho, el odio hacia el mal es una expresión necesaria del amor a Dios (Salmo 97:10) y este es el motivo para que el creyente "rechace la impiedad y las pasiones mundanas. Su lado opuesto es sentir hambre y sed duradera por la rectitud, el incentivo que nos incita a "vivir sobriamente, con justicia y rectitud en el presente siglo".
La "aparición gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo" es la bendita esperanza que aguardamos porque precisamente su aparición en gloria significará la desaparición total y permanente del pecado de nuestra experiencia, y seremos transformados y perfeccionados instantáneamente.
Escrituras
Acerca de este Plan
El maestro expositor y profesor de Biblia John Macarthur explora lo que el apóstol Pablo enseñó acerca de las Buenas Nuevas de Jesús. En este devocional de 5 días, encontrarás varias preguntas importantes, incluyendo: ¿Qué es el Evangelio? ¿Cuáles son los elementos esenciales del mensaje? ¿Cómo podemos estar seguros que lo entendemos bien? ¿Cómo debemos proclamar las Buenas Nuevas al mundo los cristianos?
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