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Él dijo, ella dice: El poder de orar la Palabra de DiosMuestra

He Said, She Says: The Power of Praying God's Word

DÍA 1 DE 10

Malentendidos: los peores y los mejores viajes en auto

Fue uno de los viajes en auto más devastadores y angustiosos de mi vida debido a una pequeña conversación. Acabábamos de salir de la iglesia dominical cuando mi hijo Cole, de 5 años, gritó desde el asiento trasero: "¡No quiero ser cristiano!".

Aunque me entraron ganas de corregirlo a la antigua, apartar el auto a un lado de la carretera y golpearlo por haber pensado semejante cosa, me contuve.

"¿Por qué?" fue lo único que se me ocurrió

¿Su respuesta? "¡No quiero morir en una cruz! ¡Nunca!”

"Hijo", exhalé un suspiro de alivio, "¡no tienes que morir en una cruz! Jesús lo hizo en nuestro lugar. De hecho, ¡Él murió para que pudiéramos vivir con Él para siempre y vivir en Sus bendiciones y promesas!".

Me encantaría decirte que mis palabras funcionaron, pero no fue así. Tal vez su pequeño cerebro no podía comprenderlo o tal vez otro niño de la clase le había dicho lo contrario, pero sacó a relucir esta misma conversación varias veces a lo largo del año siguiente hasta que, finalmente, ocurrió el segundo viaje devastador en auto.

"Mamá", exclamó su vocecita vacilante desde el asiento trasero muchos domingos después, "estoy preparado para morir en una cruz".

"Cole", le dije con calma, "Dios te ama. Te ama tanto que no quiere que mueras en una cruz. De hecho, todo lo que necesitas hacer para ser salvo y convertirte en cristiano es decir que Jesús es el Señor y creer que Dios lo resucitó de entre los muertos. ¿Estás listo para hacerlo?"

"¿De verdad, mamá? ¡SÍ!".

Así que los dos oramos: yo en el asiento delantero, Cole en el de atrás, repitiendo una dulce oración que tantos han hecho durante miles de años.

Padre Celestial, creo que Jesús es el Señor. Creo que Tú lo levantaste de entre los muertos. Creo que soy salvo y ahora viviré para Ti. En el nombre de Jesús, Amén.

Y, esta vez, creyó. Todo encajó. Algo sucedió que puso fin al malentendido.

¿Alguna vez has malinterpretado algo? ¿Alguna vez pensaste que tenías que ganarte el amor de Dios o trabajar duro para merecer Su protección y Sus promesas? Tal vez te has sentido destinado a la enfermedad, el miedo y la soledad, sin darte cuenta de que Dios tiene promesas en Su palabra sobre estos temas exactos solo para Sus hijos. ¿Eres Su hijo? Si no, considera repetir la misma oración escrita arriba que Cole y yo hicimos hace muchos años.

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Del libro "Él dijo, ella dice", por Allyson McElroy de On3Ministries.com

Día 2

Acerca de este Plan

He Said, She Says: The Power of Praying God's Word

Este devocional y el libro del mismo título tratan sobre la relación más grande, dónde "Él" es tu amoroso Padre Celestial, y "Ella" eres tú, la dulce, preciosa mujer convertida en amiga que se unirá a mí en este viaje para descubrir que Dios nos habla. Dios nos da poder. Y nuestro Padre nos ha dado palabras poderosas y preciosas para proclamar sobre cada asunto y situación en nuestras vidas. Ahora es el momento de decirlas y proclamarlas.

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Queremos agradecer a On3Ministries por proveer este Plan. Para más información, por favor visita: https://www.on3ministries.com