Él dijo, ella dice: El poder de orar la Palabra de DiosMuestra

Lo que dijo sobre el miedo

¿Sabes que la mayoría de los niños pequeños se hurgan la nariz? Cole NUNCA lo hizo. Quiero decir nunca. Si viera a otro niño en el jardín de infantes haciéndolo, comenzaría a tener náuseas. Entonces, si íbamos a cenar a la casa de un amigo, nunca añadía "no te toques la nariz" a una lista de recordatorios de etiqueta. Claro, "no sueltes gases" estaba ahí, pero nunca "no te hurgues la nariz". ¿Por qué? Porque él no era propenso a hacerlo. No era parte de quién era y es.

Así como yo conozco todo de mi hijo, Dios también conoce todo de Sus hijas. Sabía que seríamos propensas al miedo y la preocupación.

He hablado con mujeres de Estados Unidos, mujeres cuyos miedos son más poderosos que los monstruos debajo de la cama o una historia de miedo en una fogata. Sus miedos hacen que el sueño sea cosa del pasado. Miedos que están profundamente arraigados por situaciones familiares o por crisis recientes. Miedos que, humanamente hablando, podrían llegar a suceder.

He hablado con mamás que han perdido a sus bebés, con mujeres que fueron lastimadas por un ex marido y con adolescentes que están atormentadas por las palabras de viejos amigos. ¿Puedo decirte algo? Sus miedos las enfrentan todos los días. Sus miedos tienen voz y levantan armas. Sus miedos les roban la capacidad de realizar las tareas diarias y les roban la alegría, la paz y el sueño. Sus miedos debilitan y causan enfermedad y confusión.

No sé dónde te encuentras. No sé si el miedo es solo un pensamiento fugaz o si el miedo dicta cada uno de tus movimientos. La buena noticia es que no tengo que saber dónde encajas, porque la Palabra de Dios nos sirve a todos. Es un arma para tus batallas más grandes y para tus luchas más pequeñas. Es un arma que puedes usar en cualquier momento, justo cuando más la necesitas, incluso si no la has usado en años.

Una y otra vez a lo largo de Su palabra, Dios nos da una lista de recordatorios sobre la preocupación que se vuelven armas. Él sabía que seríamos propensos al miedo y a los torbellinos de pensamientos, así que nos dio los siguientes versículos como armas. Proclámalos y dilos en momentos de miedo.

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Tomado de "Él dijo, ella dice", por Allyson McElroy de On3Ministries.com